“La Copa, la Copa, se mira y no se toca”. Ese viejo cantito tan inofensivo al punto de parecer anticuado traduce el sentimiento del hincha. Ese mismo que se transformó en el tema del argentino Fito Paez “La Copa Libertadores es mi obsesión” y fue replicado por los fanáticos viene desde tiempos lejanos en el que los partidos se podían ver en blanco y negro.
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Esa Copa que ha sido ganada, levantada, adorada y admirada por muchos equipos a lo largo de su historia. Y antes de tenerla en sus vitrinas la soñaron de todas las formas posibles. Ganarla por primera vez. Repetir la hazaña. Poner el nombre del club en las placas que hacen cada vez más grande el trofeo. Tantos sueños como hinchas. Esa es la Copa Libertadores. La misma que el último martes llegó a Lima y el jueves pasado visitó las instalaciones de “El Comercio”. La misma que este sábado 23 de noviembre tendrá un nuevo dueño (Flamengo) o quizá siga en las cálidas manos de River Plate. La misma que tendrá con fondo el estadio Monumental de Ate.
El origen
La Copa Libertadores empezó a edificarse en la cabeza del inglés Francis Chevallier Boutell, allá por 1900. En esta parte del mundo los partidos oficiales entre clubes de distintos países nacieron gracias a él. Cuando asumió la presidencia de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) creó la Copa Competencia y donó el trofeo para ser disputado entre los clubes de Buenos Aires, Rosario y Montevideo que se inscribieran para participar.
Según cuenta la historia, el antecedente de la competición fue jugado en 1948. El torneo se llamó Campeonato Sudamericano de Campeones, organizado por Colo Colo de Chile. La sede fue Santiago y la disputaron los campeones de cada país de la temporada anterior, ganándola Vasco da Gama de Brasil.
El nombre: ¿mito o verdad?
A pesar de que la formalización de la propuesta quedó fechada el 5 de marzo de 1959, en 1958, en un congreso de la Conmebol realizado en Río de Janeiro, se decidió disputar anualmente un torneo con todos los campeones de cada país afiliado a la institución, algo similar al Campeonato Sudamericano de Campeones.
Todo estaba dado para que se dé inicio a un gran certamen en esta parte del continente. Sin embargo, faltaba algo: el nombre. Y es aquí donde entra en escena la mitología. Según cuentan algunos, el representante argentino pidió que se llame Copa San Martín, mientras que un venezolano exigía que mejor tenga como nombre Copa Bolívar. Así sucesivamente todos los miembros daban el nombre con su respectivo mártir. Hasta que una voz conciliadora reunió todas las intenciones y salomónicamente decretó: “Entonces, se llamará Copa Libertadores de América”. El coro de los delegados fue uno solo: “Aprobado, aprobado”.
Fue así que desde 1960 se empezó a disputar ininterrumpidamente la Copa Libertadores.
Su romance con el Perú
En 1959, el dirigente peruano Teófilo Salinas, que era miembro del comité ejecutivo de la Conmebol, encomendó a Alberto de Gasperi, un inmigrante italiano que administraba la Joyería Camusso en la avenida Colonial, la elaboración del trofeo que se entregaría al campeón del torneo.
De Gasperi, junto a otros 12 artesanos, construyó la primera versión que terminó consolidándose como el trofeo oficial. Esta pieza fue elaborada con pedazos de plata. La figura principal es redonda en representación de un balón que tiene un listón con la leyenda “Copa Libertadores”. Mientras que en la parte superior aparece una figura de bronce de un futbolista que patea de derecha. La base es de cedro. Al inicio tenía espacio para colocar 18 placas con los nombres de los clubes que salían campeones, pero con el tiempo fue creciendo más.
La Copa tiene un peso total de 10,25 kilogramos y una altura de 98 centímetros.
Una copa rota
En el 2004 el trofeo se rompió durante la celebración del título conseguido por de Once Caldas de Colombia. “Después de que nos entregaron las medallas vino la celebración en grande, agarré la copa, la besé y empecé a saltar con ella. Pensé que era compacta, pero el muñeco de encima estaba sostenido apenas por un cablecito y las orejas estaban como pegadas con pegamento. De repente, el muñeco se salió por un lado, la tapa de arriba del balón se abrió y una oreja se cayó. Cuando me di cuenta pasé la copa y seguí celebrando. La verdad es que no me importó, en la emoción del momento a uno lo que menos le importa es si la copa se rompe o no, uno puede seguir celebrando con solo media copa, como hicimos nosotros", contó Herly Alcázar, jugador del equipo campeón.
Las partes que se cayeron fueron recogidas por un hincha que se encontraba en la cancha y las entregó a los directivos del Once Caldas, quienes le dieron una recompensa cuyo monto no fue revelado.
El trofeo fue reparado por la empresa Alzaimagen de Chile. La versión actual tiene las asas más grandes y el jugador que aparece patea de zurda. Su última modificación se hizo en el 2009 para ordenar las placas y darles una nueva imagen.
River y un título dorado
El año pasado se disputó la última final con partidos de ida y vuelta. Este encuentro tuvo como protagonistas a River Plate y Boca Juniors, quienes llevan una de las rivalidades futbolísticas más grandes en el mundo. La Conmebol decidió que el campeón tenga una distinción diferente a las demás: una placa de oro.
River, al vencer a Boca por 3-1 en la final de Madrid, se convirtió en el único club que tiene una chapita dorada en el pedestal del trofeo junto con las otras que son de plata.
Los peruanos que supieron tomar de esta copa
En sus 59 años de historia, la Copa Libertadores nunca ha podido ser levantada por un club peruano, pero sí fue ganada por futbolistas nacionales.
Juan Joya Cordero, Percy Rojas, Eleazar Soria, José Pereda y Martín Hidalgo son los nacionales que tocaron el cielo con las manos al ganar el torneo más importante a nivel de clubes del continente.
El primero fue Joya con Peñarol de Uruguay en dos ocasiones (1961 y 1966). Tras ello, tuvieron que pasar nueve años para que en combo, Percy Rojas y Eleazar Soria repitieran tamaño logro con Independiente de Avellaneda en 1975. El último futbolista nacional que se proclamó campeón de América fue ‘Chino’ Pereda con Boca Juniors (2000 y 2001).
Los equipos más campeones
Este 23 de noviembre Flamengo y River Plate lucharán por 90 minutos, o algo más, por levantar la ansiada Copa Libertadores. El elenco brasileño va por su segundo título; mientras que los Millonarios quieren la sexta y segunda consecutiva.