Desde la vereda de enfrente miro el Alianza-Cristal de esta tarde sin digerir aún que la 'U' pudo haber estado ahí. Recuerdo los goles errados ante Boys, la pelea con Cantolao, el espanto vivido ante Municipal... pero las divagaciones duran unos segundos. Mi alma de futbolero me transporta a un duelo entre íntimos y celestes que no olvido, a pesar de que han transcurrido más de 40 años. Y no lo olvido por una jugada puntual.
Estadio Nacional, 1977. César Cueto toma la pelota en su cancha, avanza unos metros y cuando pisa la línea central, saca un zurdazo bombeado. La imagen en blanco y negro muestra a Ramón Quiroga mirando hacia arriba, mientras corre desesperado a su arco. No llegará a tiempo. El ‘Poeta de la Zurda’ acaba de anotar uno de los goles más hermosos de su carrera. Uno de los más bellos de la historia del fútbol peruano.
Los niños setenteros adorábamos a Quiroga. En su tierra le apodaban 'Chupete', pero acá le decíamos 'Loco'. Jugaba adelantado, hacía gestos, no temía salir de su área con la pelota y gritaba con una vocecita que de chillona causaba risa.
Cueto era otra cosa. Pisaba y escondía la pelota como un malabarista. La ponía donde quería. Infundía respeto y veneración. Tenerlo de rival era un martirio. Verlo en un partido 'neutral', como en aquel Alianza-Cristal del 77, era un espectáculo. Ha adquirido tal dimensión ese gol que pocos recuerdan cómo terminó ese choque. Sí, ganaron los blanquiazules (3-2). Pero eso es lo de menos. Ese golazo vale por mil.
El Alianza de hoy es un equipo muy lejano a lo que proponía por esos años, cuando además de Cueto, acariciaban la pelota Velásquez y Sotil. Bengoechea plantea un fútbol más directo, rústico, repleto de bombazos al área contraria. El Cristal de Barreto ama la pelota. Le gusta tenerla, manejarla, aunque sin las luces de aquel equipo donde deslumbraban Uribe, Mosquera y el Trucha Rojas.
Hay no solo presente, sino mucha historia en el encuentro de esta tarde. Asoma un partidazo. No hay que perdérselo.