Inquirido sobre como diseñaría su tenista ideal de la historia, ‘Su Majestad’ demostró, como casi siempre, el azul de su linaje. Desprovisto de la presunción que su alcurnia deportiva y sus títulos podrían sugerirle, Roger Federer no se incluyó en ninguno de los rubros propuestos “No puedo ser objetivo cuando se trata de mi juego”, respondió naturalmente.
► VAR: demasiada tecnología para el fútbol peruano
► ¿Quién es el “talento del siglo” que tanto elogia Jürgen Klopp?
De todas formas, apelando al albedrío que, a veces, ofrece el ejercicio periodístico, hemos incluido los atributos de ‘El Maestro de Basilea’ en la hipotética confección del tenista perfecto.
Para el servicio el ‘Reloj Suizo’ consideró al gigantesco John Isner y a Pete Sampras como sus predilectos. El rubro podría incluir a Ivo Karlovic, Goran Ivanisevic o el propio Roger como sacadores ilustres, pero entre todos el que ofrece mayores garantías es ‘Pete Pistolas’. Con el primero o el segundo de sus servicios, el norteamericano de ascendencia griega era capaz dominar a sus rivales. Por si fuera poco, conseguía muchos más aces cuando se veía en aprietos.
En cuanto a la derecha, Roger ha optado por la bazuca que tenía el chileno Fernando González cuando la disparaba. El problema de ‘Feña’ con ese golpe era su irregularidad. Ivan Lendl o el propio Federer acomodados de drive eran letales. Finalmente, pensamos que, en buena forma física, el martillo de Juan Martín del Potro era el más incontenible y el más confiable de todos.
Contradiciendo la opinión popular y la fraternidad helvética, Federer no incluye el asombroso backhand de Stan Wawrinka entre sus elegidos. Prefiere, en cambio, acaso por su ductilidad para hacerlo de forma paralela, los reveses de Novak Djokovic y Andre Agassi. Fruto de un entrenamiento con una máquina que de niño le construyó su padre, el ‘Kid de las Vegas’ acometía con su revés a dos manos, como ninguno otro, a la pelota cuando todavía estaba en su punto más alto.
Como voleadores los favoritos del gran Roger han sido dos maestros en la red como Rod Laver y Stefan Edberg. John McEnroe o Patrick Rafter, unas fieras en el rubro, no fueron tomados en cuenta. Aquí, sin embargo, Federer se erige como el número uno. No solo por su técnica, su variedad o su nivel de ejecución, sino también por el perfecto sentido de cuando debía aproximarse para definir un punto.
Otro ítem en el que Roger reina indiscutiblemente es en el del ‘toque’. Aquí el suizo eligió la mágica muñeca de Marcelo ‘Chino’ Ríos como la que mejor impronta y técnica tenía. John McEnroe e Illie Nastase también eran geniales, pero no con la consistencia ni el arte que el propio Roger desplegaba en los courts.
Rafa Nadal, por supuesto, es para su amigo el tenista que mejor ha representado el espíritu de lucha en el deporte blanco desde que fue creado. Nadie como él ha desafiado el paso del tiempo y las lesiones para reinventarse. Además, como ‘el hombre frío’ Bjorn Borg, el español es un especialista en elevar su nivel en los puntos importantes.
Algunas otras virtudes complementarias que ignoró Federer pero que hubiesen optimizado al tenista ideal seguramente serían: la velocidad de piernas de Borg, la devolución de Andy Murray, el arrojo de Boris Becker, la elasticidad de Djokovic, el plan de juego de David Nalbandian, la longevidad de Jimmy Connors, la pasión de Guillermo Vilas y el carisma de Gustavo Kuerten.
Como combinar todas estas virtudes en un solo tenista es imposible, solo nos queda, para consolarnos, Roger Federer. Créanme que no es poco.