Un testarazo de Antonio Rüdiger al único rival al que había marcado en LaLiga salvó al Real Madrid de su ya clásico tropiezo de enero ante un Mallorca frenado por la madera en dos ocasiones, que desfiguró al líder con su defensa de cinco y le hizo sudar su campeonato de invierno. Avisado el Real Madrid y Ancelotti de los peligrosos arranques de año, de la dificultad de reengancharse con ritmo a la competición tras las vacaciones, la consecución del campeonato de invierno liguero demandó un esfuerzo extra en la segunda parte. Atascado ante el planteamiento que plantó Javier Aguirre en el Santiago Bernabéu. Un plan defensivo como protección que quitó el brillo a las estrellas que tenía enfrente.
Contenido sugerido
Contenido GEC