Barcelona ha dejado prácticamente sentenciada la lucha por el título de liga tras imponerse al Real Madrid por 2-1 en un clásico que se resolvió entre la falta de pegada del equipo de Carlo Ancelotti cuando tuvo opciones para recobrar opciones y dos goles en los tramos finales de ambos periodos, el último obra del marfileño Franck Kessie en la prolongación.
El triunfo otorga al equipo de Xavi Hernández doce puntos de ventaja. Queda bastante campeonato, pero es una diferencia que se antoja prácticamente imposible de remontar para un cuadro blanco sin colmillo, con Vinicius Junior prácticamente como único recurso en ataque ya que Karim Benzema demostró estar muy lejos de su mejor versión.
No pudo ni siquiera rentabilizar el equipo de Ancelotti el autogol inicial del uruguayo Ronald Araujo (m.9) al desviar un centro de Vinicius, que podía haber supuesto un golpe muy duro para el Barcelona, que había salido con mucha más mordiente y que hizo trabajar al meta belga Thibaut Courtois más de lo que su equipo hubiera deseado.
Sergi Roberto, en la última acción del primer periodo, devolvió el equilibrio al marcador. El empate era un buen resultado para el Barcelona para mantener su clara ventaja. El Real Madrid no tuvo más remedio que irse en pos del triunfo y, en medio de un ritmo loco de un lado a otro del campo, hasta llegó a marcar a nueve minutos del final, pero el gol de Marco Asensio fue anulado tras la revisión del VAR por fuera de juego.
El castigo para el equipo madridista y el premio para los azulgrana llegó en la prolongación final con un remate de Kessie, que ya había sido decisivo en el partido de ida de la Copa del Rey en la victoria en el Santiago Bernabéu.
EFE.