La Supercopa de España ha viajado un año más a Arabia Saudita, donde se celebra desde 2020, después de que en 2019 reformulara su formato y decidiera su desplazamiento al país árabe en aras de un impulso deportivo y económico.
Hace cuatro años, el entonces presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, decidió revolucionar el tradicional partido entre el campeón de Liga y el ganador de la Copa del Rey.
Convirtió este duelo en una final a cuatro con campeón y subcampeón de Copa y primero y segundo del campeonato español para dar más emoción deportiva al título, pero sobre todo envió el torneo a Arabia, en busca de aire para las arcas de la RFEF.
La federación pactó un primer contrato por tres años hasta 2022, pero una posterior renegociación confirmó el mantenimiento del torneo en el país árabe hasta 2029.
“El fútbol español ha logrado 400 millones de euros (438,3 millones de dólares); 200 millones (219 millones de dólares) para los equipos participantes y otros 200 para el fútbol modesto”, decía Rubiales en una rueda de prensa en 2022.
El nuevo contrato supone “que Arabia pagará (por edición) 40 millones de euros (43 millones de dólares) sin ni siquiera ir a jugar allí y la mitad de ese dinero va a equipos modestos”, explicó Rubiales, que dimitió en septiembre tras el escándalo por el beso no consentido a la internacional Jenni Hermoso tras la final del Mundial femenino.
El expresidente federativo se refería a la Supercopa de 2021, ganada por el Athletic de Bilbao y la única que se jugó en España desde la firma del contrato con Arabia, debido a la pandemia de Covid.
Las siguientes tres ediciones se han celebrado en Riad, después de que la primera se jugara en 2020 en la ciudad costera de Yeda.
“Jugándose aquí (en España) la RFEF antes recibía 120.000 euros (131.701 dólares) y ahora 40 millones”, insistía Rubiales durante una asamblea de la RFEF en 2022.
A ello, se tienen que añadir los en torno a 6 millones de euros (6,5millones de dólares), que, según la prensa española, cobra anualmente la Federación por los derechos televisivos del torneo, que tiene la plataforma Movistar+ hasta 2025.
La RFEF siempre defendió el cambio como una forma de aumentar sus ayudas al fútbol modesto en España, al que, según Rubiales, se destina la mitad de los ingresos por el torneo.
“Desde que se juega la Supercopa en Arabia, los clubes hemos recibido un 400% más de lo que recibíamos históricamente”, afirmaba hace ya meses Luis Daza, presidente del modesto Huétor Tajar, de la Tercera Federación, equivalente a la quinta categoría del fútbol español.