(Foto: AFP)
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Pedro Canelo

A lo necesitamos en su mejor versión, en tiempo presente. Que no lo distraiga una declaración política, ni un rumor de indisciplinas. Que no se le vea cansado a solo cuatro meses de su renovación de contrato. Que conserve todo lo acumulado y que recargue esa linterna por los próximos cuatro meses para buscar todo lo que no tenemos.

La semana pasada festejamos un año de la clasificación a Rusia. La celebración tuvo la nostalgia de los abrazos repartidos, y la afonía de un “Contigo Perú” en coro nacional. Quizá ese ciclo emotivo, que tanto revivimos antes de la derrota ante Ecuador, sea la sanadora señal de un recuerdo que pide una pausa. Nadie nos quitará el Mundial vivido, pero si queremos repetir esos días felices es hora de cerrar el álbum de Rusia 2018. Guardemos algunas figuritas repetidas y busquemos otro álbum para el 2022.

Ricardo Gareca. (Foto: AP)
Ricardo Gareca. (Foto: AP)

Hubiera sido lindo que las selecciones aún puedan usar su crédito mundialista por algunos meses más; sin embargo, la realidad ha sido cruel y apurada. Tres semifinalistas de Rusia quedaron fuera de la Liga de las Naciones. Y en Sudamérica si bien hay alguna distancia de equipos con continuidad como Brasil, Uruguay y el mismo Perú –derrota con Ecuador al margen–, las diferencias son cortas ante el resto de equipos en el continente. Si queremos seguir viviendo los días de la selección como “hora loca” de matrimonio, hay que despedirse de los sueños realizados y comprometerse con los que quedan cumplir.

En cuatro meses, en esa fecha FIFA de marzo, Ricardo Gareca tendrá el último ensayo antes de las competencias oficiales (Copa América y Eliminatorias para Qatar). El tiempo no es lo que sobra y hay muchísimo por hacer. De momento, el ‘Tigre’ buscará hoy un buen cierre de temporada ante Costa Rica y, además, marcará el registro histórico de 52 partidos con la selección peruana. Será el hombre que más veces ha dirigido a la Blanquirroja, que ese récord sea un respaldo y no un factor para el rápido desgaste.

“Siempre es mejor continuar que comenzar desde cero”, dijo hace dos meses Gareca. Y sobre lo conseguido hay hasta una base de jugadores. Tenemos arquero con Gallese, hay hasta cuatro variantes en la zaga, Advíncula ha mantenido regularidad salvo ese segundo tiempo ante Ecuador y Trauco debe zafarse de la falta de fútbol.

Al medio hay competencia saludable entre Tapia y Aquino, Yotún es un indiscutible y Carrillo una mención inevitable en cualquier once titular que imaginemos en el corto plazo. ¿Dónde está la búsqueda entonces? Gareca debe encontrar al reemplazo de Yotún, al jugador que compita con Cueva, o con el mismo Trauco. Confirmar si Farfán será el ‘9’ en el próximo año o si Edison Flores aún tiene espaldas para conservar la etiqueta de infaltable. No es poco.

Aunque nos duela, hay que decirle adiós al modo mundialista y ponernos en la línea de meta antes de comenzar esta maratón de tres años de competencias. Ya no alcanza con haber clasificado a Rusia, toca concentrarse en cada lección aprendida en estos amistosos disputados entre setiembre y noviembre. Que Ricardo Gareca se encierre con su equipo de trabajo por las semanas que vienen. Que pongan un cartel de “no molestar” en sus oficinas. Que si alguien en la Videna quiere defenderse, mejor que busque un abogado y no al hombre responsable de nuestras últimas alegrías deportivas.

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