Con una posesión del 74 por ciento, con un asedio tan constante como ineficaz durante todo el encuentro sobre la portería del West Ham, con 30 remates, ocho entre los tres palos, el Arsenal sufrió una noche de frustración, sin acierto para defender el liderato de la presión ejercida desde el martes por el Liverpool (0-2). Lo superó la efectividad del West Ham, que marcó dos goles en sus tres únicos remates a portería de todo el encuentro, el último de ellos un penalti detenido por David Raya. Una demostración de pegada y practicidad, iniciada por Tomas Soucek, a pase de Bowen, y culminada por un testarazo de Mavropanos, a centro de Ward-Prowse, pero también una expresiva resistencia defensiva, a la que colaboró, indispensable, Areola con tres paradas cruciales, sobre todo la primera a Saka con tan solo 0-1 a favor.