Para muchos, el francés Antoine Griezmann debió ser el ganador del Balón de Oro 2018 y el propio jugador del Atlético de Madrid confesó su desazón por no quedarse con el premio, aunque aceptó la decisión final y felicitó a Luka Modric.
"Cuando me lo dijeron tuve ganas de quedarme solo, pero es un orgullo estar entre los finalistas. Estoy aquí por respeto a mis compañeros y a los demás candidatos. Espero poder sustituir a Luka pronto y para ello cuento con mis compañeros en mi equipo y en la selección francesa. Además del Mundial, he ganado la Supercopa de Europa. No está mal", expresó Griezmann en el Gran Palais de París, sede de la ceremonia.
Griezmann ya había dado señales de su disconformidad por los resultados finales de la votación al mejor jugador, antes del inicio de la gala.
"Puede que la Champions u otra competición sea más importante que una Copa del Mundo. Nosotros no cambiaríamos el Mundial por el Balón de Oro", expresó el 'Principito' a su llegada a la gala de la revista 'France Football'.
Un desenlace frustrante para él y para el Atlético, en el que no había ninguna duda, ni de sus compañeros ni de su cuerpo técnico, en que sus méritos han sido indiscutibles para haber logrado una corona que aún se le resiste a él y al club rojiblanco, que jamás en su historia ha contado en sus filas con un vencedor del Balón de Oro.