El presente de Ronald Koeman es el estribillo de una canción noventera: se le acabaron los argumentos y la metodología. Al técnico del Barcelona hoy solo le quedan las livianas promesas de un futuro mejor. Antes de la derrota 2-0 ante Atlético de Madrid, Koeman se reunió con el presidente del Barcelona, Joan Laporta, quien le dio su voto de confianza. Sin embargo, las estadísticas y las continuas malas noticias deportivas debilitan esta palmada en el hombro. Koeman, durante la transmisión del último partido azulgrana, fue enfocado varias veces desde las tribuna. Para los medios deportivos catalanes (en voto unánime) ese es el lugar al cual debe volver. Lejos del banco de suplentes, aliviado de una relación tóxica con el club que tanto lo quiso.
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El exdefensor le aseguró al directivo que con la vuelta de los lesionados en ataque (Agüero, Dembelé, Braithwaite) podrá volver a la esencia competitiva azulgrana. Después del cotejo ante los dirigidos por Diego Simeone, según medios españoles, ninguna de las cabezas azulgranas conversó con el entrenador culé. Su teléfono en silencio es la condena de un hombre solo. El único que simuló llamarlo fue Luis Suárez, el delantero uruguayo que despidió hace un año. No era necesario que Koeman conteste. El mensaje era un refrán modificado: “Ronald, el tiempo no te dio la razón”.
“Ganó fácil el Atlético”. Lo dice el estadístico Míster Chip, lo repite el famoso analista Julio Maldonado y lo comparten los principales diarios catalanes: Sport y Mundo Deportivo. Fue tan nulo lo del Barcelona, que pasó 45 minutos sin disparar al arco en la cancha del Wanda Metropolitano. El gol de Lemar a los 23′ otra vez reveló la pobreza defensiva del club catalán: sin relevos para la marca, sin intensidad para cerrar los espacios, sin la anticipación de un club de elite.
A los 44′ se pudo reproducir lo que millones habían ensayado en la mente: Luis Suárez anotando un gol, y con Koeman en las gradas. Así fue. Con celebración pidiendo perdón a los hinchas culés, pero con la ironía de la llamada telefónica. El exdefensor central llamó a Suárez solo por 60 segundos en agosto del año pasado para decirle que “no lo tenía en sus planes”.
—Cero en casi todo—
Faltan dos semanas para que el Barcelona reaparezca en las canchas (ante el Valencia en el Camp Nou). A Koeman solo le queda la última carta de jugar ante el Valencia con el equipo completo. La pregunta es si realmente le alcanzará el tiempo para ese replanteo. No sería la primera vez que el respaldo de un dirigente, luego se convierta en una fría carta de despido. Y la palabra de Laporta tiene la firmeza de una gelatina, sino recordemos su seguridad en la permanencia de Lionel Messi.
Ronald Koeman sufre el síndrome del peor de la clase: no aprueba ningún examen y tiene cero en casi todo. Cero puntos en la Champions, cero remates al arco en el torneo continental y noveno en la tabla de la Liga (fuera de los torneos internacionales por ahora). Solo por cifras, es insostenible su permanencian en el cuadro catalán. A Luis Suárez hay que decirle que no simule con llamarlo más. El teléfono malogrado es otro de los males que sufre Koeman. El neerlandés, nunca tanto como hoy, sabe que su permanencia en el Barza es la condena de más números equivocados.
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