El 2022 acaba de estrenarse y, probablemente, ya tenemos el mejor partido del año. En el Stamford Bridge, en Londres, Chelsea y Liverpool protagonizaron una fantástica lucha, con bastantes momentos emocionantes, pero con un marcador que no motiva una celebración efusiva para ninguno de los dos equipos. ‘Blues’ y ‘Reds’ coronaron un empate (2-2) en otro espectáculo de la Premier League.
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La intensidad se apoderó del encuentro desde el pitazo inicial. Liverpool no se achicó como visitantes y propuso un gran juego ofensivo que facilitó los primeros dos goles del partido. Sadió Mané (9′) y Mohamed Salah (26′) se lucieron con dos golazos para poner arriba a su equipo, pero la respuesta no tardó en llegar.
A pesar del resultado adverso, Chelsea no tiró la toalla y fue rápidamente en busca de la remontada. Mateo Kovacic anotó el descuento (42′) con un sensacional remate de volea desde fuera del área que se clavó en el ángulo y, antes de que termine el primer tiempo (45+1′), Christian Pulisic sentenció el 2-2.
El segundo tiempo arrancó con la misma vehemencia, pero poco a poco bajó su ritmo, aunque los porteros de cada equipo evitaron que el marcador creciera. Los minutos pasaron y el cansancio de los jugadores se comenzó a reflejar en el campo. Eso sí, ninguno quería perder y los dos querían ganar, por lo que los últimos minutos fueron muy tensos. Finalmente, el marcador no se volvió a mover y ambos se tuvieron que conformar con un punto.
El espectáculo futbolístico que nos regalaron Liverpool y Chelsea es muy valioso. Las ocasiones de gol abundaron en el Stamford Bridge. Ambos equipos intentaron, a como de lugar, anotar la máxima cantidad de goles posibles.
Así se reflejó en la cantidad de veces que ‘Blues’ y ‘Reds’ pusieron en peligro las porterías: 25 remates en todo el partido, 15 de Chelsea y 10 de Liverpool. Doce de ellos fueron remates directos, seis repartidos para cada uno.
Según el portal estadístico sofascore, el Chelsea tuvo 2 chances claras de gol ante 3 del Liverpool, lo que pudo aumentar el marcador para cada uno de los equipos, pero los porteros se hicieron figura en cada caso.
En cuanto a la posesión, Chelsea manejó más tiempo la pelota (56%) que el Liverpool (44%), pero en realidad la diferencia no es mucha. Ambos equipos tuvieron sus momentos destacados en el partido y cualquiera podía salir ganador.
- Garantía en los arcos-
Si el marcador no se llenó de más goles en el Chelsea vs Liverpool fue por las grandes figuras que salvaguardaron ambas porterías. Édouard Mendy y Caoimhín Kelleher se lucieron bajo los tres palos y evitaron que sus respectivos equipos cayeran.
Los reflejos de ambos porteros en el partido fueron impresionantes. De hecho, en las estadísticas figura que cada uno se lució con cuatro salvadas. La presencia de Mendy y Kelleher fue determinante para que el empate se mantenga.
De hecho, Mendy ya nos tiene acostumbrados a grandes actuaciones cuidando su arco. Esta tarde no ha sido la excepción y el guardameta senegalés salvó al Chelsea cuando más lo necesitaban.
Sin duda, la mejor atajada del portero ‘Blue’ fue a los 57 minutos, cuando Liverpool organizó un contragolpe letal y Mohamed Salah, al ver a Mendy mal posicionado, decidió rematar de larga distancia. El senegalés no se dio por vencido y se estiró enormemente para evitar el gol.
Por su parte, Caoimhín Kelleher también estuvo inspirado. Tras el positivo por coronavirus de Alisson, el portero titular, el guardameta de 23 años no desaprovechó su oportunidad y también apareció en los momentos más difíciles del Liverpool. Hay futuro en la portería de los ‘Reds’.
La mejor intervención de Kelleher fue en los primeros minutos del encuentro. Pulisic del Chelsea quedó solo frente a la portería rival, tras un error defensivo del Liverpool, pero el joven guardamete irlandés estuvo atento y ganó un mano a mano importante con un valioso manotazo.
Es así que el cotejo tuvo muchos puntos altos para destacar, especialmente en la delantera y en las porterías de ambas escuadras. El empate, a fin de cuentas, fue justo. Chelsea y Liverpool resplandecieron en el Stamford Bridge y ninguno fue más que otro. Partidazo.
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