Salvador Cabañas vivió para contarlo. Un día como hoy hace cuatro años sufrió un atentado que casi lo mata. Recibió un disparo en la cabeza en un bar y el mundo quedó consternado por el temor a perder para siempre a un goleador de raza, que le daba cantidad de alegrías al América de México y mantenía como protagonista a la selección paraguaya.
Pero Cabañas fue fuerte y se salvó. Todavía tiene la bala alojada en el cerebro y entrena con el club General Caballero, de la Segunda en su país. En los últimos días, el jugador comentó que tenía una oferta del fútbol extranjero y se trata del Murciélagos FC de la segunda mexicana.
'Chava', como lo conocen en Paraguay, le hizo frente a la dificultad y al no estar en condiciones de jugar a su antiguo nivel -padece de un mal en el ojo izquierdo como secuela del atentado-, se dedicó al negocio de su familia: una panadería.
Allí el goleador cumple por las mañanas la función de repartidor desde las 6 de la mañana y horas después entrena.
Posiblemente, con 33 años de edad, Cabañas retome su carrera futbolística en México, aunque también analiza la opción de retirarse definitivamente de las canchas.