La final de la Copa Libertadores fue marcada por tres minutos decisivos que cambiaron completamente la historia. River Plate, amplio dominador del duelo, sufrió dos goles en ese lapso por desconcentración y se le escapó el título. Sin embargo, cabe destacar que Flamengo alzó su juego considerablemente en el segundo tiempo en gran parte gracias al ingreso de un jugador que ya había levantado un trofeo continental en Lima, Diego Ribas.
El ‘10’, veterano mediocampista de 34 años, empezó a manejar el partido ni bien ingresó al campo por Gerson a los 66 minutos. Se ubicó al costado de Willian Arão y después junto a Vitinho para ser un enlace de salida rápida en la mitad de la cancha.
Quien nació futbolísticamente en el Santos de Brasil distribuyó el balón con criterio y logró que el equipo con 40 millones de hinchas elevara la calidad de sus ataques. En el fatídico momento en que el ‘Oso’ Pratto pierde la redonda, Diego estuvo a punto de quitársela y su presión provocó que Giorgian De Arrascaeta se vuelque en un contragolpe.
Diego ejerció de director de orquesta, tal como lo hizo hace 15 años en la final de la Copa América Perú 2004. Como se recuerda, el hábil volante de 1.73 metros también tuvo una participación clave en el certamen que ganó la selección brasileña en el Estadio Nacional.
Aquel 25 de julio, el entonces jugador del Porto fue el cambio de Kléberson a los 54 minutos de la final ante la Argentina de Marcelo Bielsa. Cuando el partido estaba cuesta abajo, 2-1 a favor de la Albiceleste por el golazo del ‘Chelito’ Delgado, el ‘10’ no perdió el foco.
La famosa jugada que terminó en el empate agónico de Adriano arrancó en sus pies. Diego mandó un pase largo con la intención de que se pelee la pelota en el área y, tras un par de rebotes y un control magnífico, el ‘Emperador’ fusiló las redes de Roberto Abbondanzieri, terminando las acciones con igualdad (2-2) y una furibunda pelea entre los dos bandos.
Ya en la tanda de penales, el ex-Juventus encajó su disparo con potencia y precisión a la derecha del golero de Boca Juniors. En suma, ninguno de sus compañeros falló y Brasil dio la vuelta en nuestra capital.
Este 23 de noviembre, en la final disputada en el Estadio Monumental, Diego aplicó la misma fórmula que en la Copa América. Cerca de acabarse el juego, envió un balón aéreo al mismo sector y Gabriel Barbosa aprovechó el desconcierto de Javier Pinola para anotar el gol de la victoria.
El artífice de este servicio largo, nuevamente, fue la exestrella del Werder Bremen y Wolfsburgo. La experiencia que este crack ganó el Lima en su juventud fue fundamental para este inesperado desenlace de la primera final única de la Copa Libertadores.