Ese día dejó atónito al mundo. Ronaldo había logrado un gol extraordinario, fantástico, maravilloso con la camiseta del Barcelona, equipo en el que debutó un día como hoy. Al mejor estilo de los Messi, Cristiano o Falcao de hoy. Quizá hasta mejor. De esos que hoy generarían miles de videos en Youtube, algunos editados música, otros que lo muestran desde todos los ángulos, también vines, tuits y etc.
¿El día? 12 de octubre de 1996. ¿El rival? El Compostela. El gol, como bien dice en el titular de esta nota, resume lo que fue Ronaldo en su carrera. Un jugador desequilibrante, veloz, potente, dribleador y, sobre todo, gran definidor. Arrancó desde la media cancha y no la soltó hasta batir al golero Fernando. Jorge Valdano dijo sobre ese gol: "Más que un jugador, parecía que atacaba una manada".
Se llevó a medio equipo, llevó el balón pegado al pie, amagó con la derecha, con la izquierda, chocó y ganó. No hubo forma de pararlo. No hubo forma de quitarle el balón. Ronaldo demostró en una sola jugada todas las virtudes que lo convirtieron en uno de los mejores delanteros en la historia del fútbol.
Quien era vicepresidente del Barcelona en ese entonces, Nicolau Casaus, dijo que había sido "el gol más bonito que he visto nunca". Y no fue el único que hizo gritar al Camp Nou. Ronaldo marcó 47 goles en 49 partidos en todas las competiciones que jugó con el equipo azulgrana.
Hasta hace poco nomás, era el goleador histórico de los mundiales. Pero Miroslav Klose, delantero alemán, lo superó al marcar dos tantos en el Mundial Brasil 2014. Ahora, el ex Real Madrid, Inter de Milán y PSV Eindhoven es segundo en la lista.