Andrew Robertson colocó el 2-1 del Liverpool vs. Tottenham tras el saque providencial de Lloris a Salah, que terminó en mano del delantero egipcio. A pesar de ello, se confirmó el gol en favor del conjunto que dirige Jurgen Klopp.
Entre el enfado del público, que reclamó que la jugada venía precedida de un penalti a Alli, Lloris sacó un remate, entre la mano y la cabeza de Salah, sobre la línea.
La bola quedó muerta para Alexander-Arnold que colocó una volea al segundo palo para que Robertson se agachara y la empujara con la cabeza. Pese a que Conte no paraba de quejarse con los árbitros pidiendo mano y la intervención del VAR, el gol subió al marcador.
A poco de conseguir el segundo tanto el Liverpool, los de Londres responderían. Alisson se complicó la vida en una salida, falló en el despeje y permitió que Son marcara a placer.
Adicional a ello, la frustración la pagó Robertson de la peor manera. Sin razón alguna, le pegó una patada peligrosa a Emerson y, tras la intervención del VAR, terminó en la calle.
Con uno menos el Liverpool decidió que no se jugara más y selló un empate que deja como gran beneficiado de la jornada al City, que aventaja en tres puntos al Liverpool y en seis al Chelsea, mientras que el Tottenham es séptimo, a seis puntos de la Champions.