El sol siempre brilla tras la tormenta y eso lo sabe muy bien Ilkay Gündogan, que hace algunos años vivió tiempos de aflicción, pero hoy ha vuelto a rebosar de júbilo con la selección de Alemania con su primer gol en una Copa del Mundo. ¿La clave? No haber tirado la toalla en el peor momento de su carrera.
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La carrera de Gündogan, en sí, ha estado llena de obstáculos. Constantes lesiones lo alejaron reiteradas veces de las canchas, pero ninguna le atormentó tanto como la que sufrió el 14 de agosto del 2013, cuando militaba en el Borussia Dortmund. Ese día empezó una auténtica tribulación para él.
Mientras el volante alemán, hijo de padres turcos, jugaba un partido con su selección —un amistoso ante Paraguay (3-3)—, de la nada comenzó a sentir dolores en la espalda, que lo obligaron a marcharse del campo a los 27 minutos de juego, justamente nueve minutos después de haber anotado un gol.
En un inicio, se pensaba que la lesión no era de gravedad. Pero fue un total desacierto. Los dolores, lejos de desaparecer, se intensificaron con el paso de las semanas. Y es que Gündogan había sufrido una delicada luxación en la columna vertebral. El sistema nervioso de su columna estaba muy afectado.
Entonces, el volante alemán tuvo que trabajar arduamente en su recuperación. De hecho, se esperanzaba en volver a jugar lo más pronto posible, pero su regreso se postergó mucho más de lo que esperaba. La incertidumbre se apoderó de él inevitablemente.
En ese tiempo, con solo 23 años, Gündogan ya era una de las grandes figuras del fútbol alemán. Se perfilaba como una de las cartas más especiales de Joachim Löw para el Mundial Brasil 2014, pero lamentablemente su sueño de levantar el título con la escuadra alemana —campeona en esa edición— se vio frustrada por la misma lesión.
La angustia del jugador era inmensa. Su carrera estuvo en jaque luego de que un cirujano y un tornillo casi le obligaran a colgar los chimpunes. Luego de la operación, no iba a volver a ser el mismo, pero afortunadamente encontró una luz en medio de las tinieblas.
“La peor parte fue que nadie sabía realmente qué tipo de lesión era. Vi a un cirujano y quería ponerme un gran tornillo en la espalda que no me permitiría jugar al fútbol a este nivel. Así que tenía miedo de no volver a jugar y estoy muy agradecido de haber encontrado al cirujano adecuado. Por supuesto, todavía tengo algunos problemas, pero me siento suficientemente bien”, contó el alemán en una entrevista en ‘The Guardian’ el año pasado.
En total, Gündogan se ausentó 428 largos días, que en algún momento lucieron eternos. En ese transcurso, el alemán se perdió 59 partidos con el Borussia Dortmund. Pero volvió. Y eso es lo más importante.
Lesiones más graves | Tiempo de recuperación | Partidos perdidos |
---|---|---|
Compresión espinal (2013/14) | 428 días | 59 partidos (Borussia Dortmund) |
Luxación de la rótula (2015/16) | 133 días | 10 partidos (Borussia Dortmund y Manchester City) |
Rotura del ligamento cruzado (2016/17) | 241 días | 31 partidos (Manchester City) |
El resurgimiento y su revancha con Alemania
Tras superar la lesión, Gündogan regresó a las canchas y continuó su aventura en el Dortmund. Ya le respaldaba el haber ganado una Bundesliga, una Copa de Alemania y una Supercopa de Alemania para seguir siendo protagonista. Poco a poco fue retomando su nivel y por eso el equipo negriamarillo quiso retenerlo el máximo tiempo posible, pero no pudo hacer nada ante las diversas ofertas que se le presentaban al jugador.
Pep Guardiola, que sufrió del talento del volante alemán constantemente en su etapa como entrenador del Bayern Múnich, decidió llevárselo a Inglaterra cuando fichó como técnico del Manchester City. Gündogan no lo dudó y aceptó llegar al Etihad a la par del estratega.
Lamentablemente, la primera temporada del volante alemán con los ‘Citizens’ fue desafortunada. Primero sufrió una luxación de la rótula y, posteriormente, la rotura del ligamento cruzado, lo cual le alejó mucho tiempo de las canchas, pero no tanto como en el 2013/14. Apenas pudo disputar 16 cotejos en su campaña debutante en la Premier.
No obstante, pese a las adversidades, Gündogan siempre contó con el respaldo de Pep Guardiola. El entrenador de Sampedor es consciente de la enorme calidad y aporte de su jugador, por lo que nunca le soltó la mano, ni lo hará. Y así comenzó el verdadero resurgimiento del alemán.
En seis temporadas con el Manchester City, el volante de 31 años ha venido destacando silenciosamente, siendo una de las principales figuras del esquema de Pep. Hasta el momento, ha conquistado 11 títulos: cuatro Premier League, cuatro Copa de la Liga, dos Community Shield y una FA Cup.
Así también hoy lo vemos brillando con su selección. Tras no poder disputar el Mundial Brasil 2014, Gündogan marcó presencia en Rusia 2018, aunque solo pudo jugar un encuentro (la victoria por 2-1 ante Suecia). Ahora es una de las estrellas de Alemania en Qatar 2022, donde ya tuvo un debut soñado.
El ‘21′ alemán marcó su primer gol en una Copa del Mundo, acertando desde los 11 pasos con una gran definición, y aperturó así el camino triunfal de su selección en Qatar 2022. Seguramente, seguirá siendo un jugador clave en las intenciones gloriosas del equipo de Hansi Flick.
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