Un hecho insólito sucedió en el partido el Borussia Mönchengladbach de Alemania y el Villarreal de España por la Europa League.
Granit Xhaka, futbolista suizo que milita en el cuadro teutón, se encontró un celular en pleno campo de juego. El jugador se lo dio al árbitro principal, que a su vez se lo pasó a su asistente para que lo retire del césped. ¿De quién era? Del médico del Villarreal. Al parecer, se le cayó cuando minutos antes había entrado a revisar a un jugador.
El encuentro, que acabó 1-1, dejó otra anécdota. Un jugador del cuadro español, entró, jugó cinco minutos, anotó un gol, se lesionó y tuvo que salir. Una locura.