Keita Baldé ha jugado también en Lazio e Inter de Milán. (Foto: AFP)
Keita Baldé ha jugado también en Lazio e Inter de Milán. (Foto: AFP)
/ VALERY HACHE
Redacción DT

La lucha contra el racismo volvió a despertar con fuerza hace algunas semanas con la muerte del ciudadano afrodescendiente George Floyd, bajo custodia policial en Estados Unidos. La noticia dio la vuelta al mundo, y desde el fútbol, se vieron distintas muestras de rechazo hacia ese mal social.

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Ahora que el tema está en boca de todos, el futbolista Keita Baldé, exjugador de las divisiones menores del FC Barcelona y actualmente en el AS Mónaco, hizo una cruda reflexión sobre el racismo, dando a entender que la importancia de la vida de los afrodescendientes la diferencian por el estatus social.

Vale decir que Keita Baldé se preocupó por los temporeros de Lleida (ciudad de España), por las condiciones en las que vivían en las calles, y decidió ayudarlos. Lamentablemente, el deportista se topó con la negativa de algunos hoteles de alojarlos, aunque luego encontró sitios.

La respuesta de Keita Baldé se originó después de la mención del periodista de El Mundo que le hizo la entrevista, sobre el lema “Las vidas de los negros importan”, que ha acompañado a las protestas en todo el mundo. “Importan si te llamas Keita Baldé. Pero si eres un temporero en Lleida, tu vida no importa”, asumió el deportista de 25 años.

“Son cosas que te marcan. La gente está cansada. En las manifestaciones no sólo había negros, sino personas de todas las razas. Es una lucha por los derechos humanos, porque están pisando el sistema. No estamos pidiendo más que seguridad y poder vivir tranquila y dignamente. No queremos hacer daño a nadie ni robar a nadie. La gente está cansada”, aseguró Baldé.

El hispano-senegalés, por otro lado, consideró al dinero como uno de los problemas en el planeta. “El dinero es uno de los problemas de este mundo. Clasifica a las personas. Si tienes un billete eres alguien. Si no lo tienes, no eres nadie. Vivimos en una sociedad contaminada en ese aspecto. Se pierde el valor real de la persona. Es triste. Yo era feliz antes, cuando no tenía dinero. Y soy feliz ahora. He sido feliz toda mi vida. Mis padres me daban lo mínimo. Pero siempre era suficiente”, comentó.

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