Redacción EC

Turín (EFE). La fiesta que se ha vivido durante todo el día en el centro Turín, con una marea roja y blanca por sus calles y plazas al coincidir los colores de Sevilla y Benfica, se trasladó conforme avanzó la tarde a las inmediaciones del Juventus Stadium, donde se juega la final de la Europa League

La salida de los jugadores al campo tuvo como preludio una coreografía a lo largo y ancho del terreno de juego con danza, música y colorido junto a los 'tifos' que desplegaron en las gradas tras las porterías, el sevillista en la del norte y la de los benfiquistas en la del sur.

Si conforme los aficionados de uno y otro equipo llegaban a la ciudad italiana las tiendas y comercios del centro reforzaron sus existencias tanto de género como de personal para atender a los visitantes españoles y portugueses, con el avanzar de la tarde la marea de aficionados se fue trasladando a las afueras de la ciudad, donde se ubica el nuevo estadio del Juventus, una instalación moderna con capacidad para unos cuarenta mil espectadores.

En los aledaños del estadio se concentraron los hinchas con mucha antelación para acceder a la instalación deportiva, un proceso algo lento por los exhaustivos controles.

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