Los futbolistas del Valencia abandonaron la cancha del estadio Ramón de Carranza este domingo a los 30 minutos de su visita al Cádiz, en señal de respaldo absoluto hacia el defensor francés Mouctar Diakhaby, quien acusó recibir insultos racistas de un rival durante el partido por la fecha 29 de LaLiga.
Si el encuentro se reanudó unos 10 minutos después, fue por qué existió presión y el jugador galo finalmente autorizó el regreso de sus compañeros al campo, aclaró José Luis Gayá, capitán valenciano.
“Diakhaby nos ha dicho que lo han insultado de forma racista. Lo condenamos, nos fuimos para dentro con nuestro jugador. Hemos salido a jugar porque nos han dicho que nos podrían quitar los 3 puntos y alguno más. Él nos pidió que saliéramos, nos ha dado permiso”, explicó Gayá tras el final del duelo en diálogo con Movistar.
El lateral izquierdo español precisó que el central “estaba hundido” por recibir “un insulto muy feo” tras discutir con Juan Cala, zaguero del Cádiz.
“No voy a reproducir lo que le ha dicho. Si estaba así de hundido es porque le ha dicho algo. Ha sido el partido más raro de mi vida. Estamos con él a muerte”, agregó.
Los hechos ocurrieron poco después de la media hora de juego, cuando Diakhaby se desentendió de repente del juego para encararse con el jugador del Cádiz Juan Cala.
Los dos jugadores comenzaron a discutir y posteriormente el francés indicó al árbitro que iba a abandonar el terreno de juego, decisión que tomaron también sus compañeros de equipo.
La interrupción de este partido de la 29ª jornada de LaLiga, que iba 1-1 en el marcador, precisamente con Cala como goleador cadista, se reanudó 10 minutos después para disputar los últimos ocho minutos de la primera parte, aunque Diakhaby ya no saltó a la cancha. Sí lo hizo Juan Cala, aunque también fue sustituido en el descanso.
Los dos implicados en el incidente se instalaron después en las tribunas para seguir la segunda parte de un partido que acabó con al victoria local por 2-1.
Este incidente recuerda al de Moussa Marega en febrero de 2020: el delantero francés del Oporto denunció haber sufrido insultos racistas de un rival del Guimaraes y decidió abandonar la cancha, aunque en esa ocasión sus compañeros no le secundaron y permanecieron en el césped.