El entrenador sueco Sven Goran Eriksson, que fue seleccionador inglés de 2001 a 2006, falleció este lunes a los 76 años como consecuencia de un cáncer de páncreas, anunció su agente Bob Gustavsson.
“Ha fallecido apaciblemente esta mañana (del lunes), rodeado por su familia, en su domicilio de Björkefors, cerca de Sunne”, en el oeste de Suecia, indicó el agente.
Además de la selección inglesa, a la que llevó a cuartos de final en los Mundiales de 2002 y 2006, Eriksson tuvo una dilatada carrera como entrenador de fútbol, sobre todo en Italia (Roma, Fiorentina, Sampdoria y Lazio) e Inglaterra (Manchester City y Leicester).
El príncipe Guillermo, con quien coincidió en numerosas ocasiones, le rindió homenaje poco después de conocer la noticia.
“Siempre estuve impresionado por su carisma y pasión por el juego”, escribió en X. “Pienso en su familia y amigos. Fue un auténtico caballero” del fútbol.
“Es un día muy triste. Regaló recuerdos inolvidables a los aficionados ingleses”, reaccionó por su parte el patrón de la Federación Inglesa (FA) Mark Bullingham.
Además de haber sido el primer extranjero en sentarse en el banquillo de Inglaterra, el sueco fue brevemente seleccionador de México (2008), Costa de Marfil (2010) y Filipinas (2018), aunque nunca llegó a ser seleccionador del combinado sueco.
En su etapa final, entrenó a varios equipos del campeonato chino, además de otras experiencias, bien como técnico o como director deportivo, en Emiratos Árabes Unidos y Tailandia.
En febrero de 2023 anunció que se retiraba de la vida pública “por problemas de salud” y en enero pasado reveló en una entrevista a la radio pública sueca le quedaba “un año en el mejor de los casos” de esperanza de vida tras serle diagnosticado un cáncer de páncreas.
Nacido el 5 de febrero de 1948 en Sunne, en el oeste de Suecia, Eriksson, apodado ‘Svennis’, destacó como entrenador después de una modesta carrera como defensa.
En 1977 se convirtió en técnico del equipo sueco Degerfors IF, donde encadenó éxitos y comenzó a llamar la atención de clubes más importantes.
Después dirigió al IFK Goteborg antes de encontrar el reconocimiento internacional al frente del Benfica (1982-1984), donde inició su exitosa carrera en el fútbol europeo.
Cuando anunció su enfermedad, admitió también su amor por el Liverpool y la espina que tenía clavada por no haber podido entrenar nunca a los ‘Reds’.
El Liverpool reaccionó a estas palabras y le propuso formar parte del ‘staff’ durante un partido benéfico en honor a la fundación del club que se disputó en marzo en Anfield y que fue una de las últimas apariciones públicas de Eriksson.