Paolo Rossi: ‘El Bambino de Oro’ que no pudo exhibir sus kilates ante Perú

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“En ese partido hicimos un desgaste enorme, creo que eso nos pasó la factura ante Polonia. Rossi no apareció hasta ese ‘hat trick’ con Brasil. Yo tuve que acabar jugando como extremo”, nos cuenta Jaime Duarte, uno de los testigos presenciales de esa jornada histórica del 18 de junio de 1982. Por cuarta vez, Perú se enfrentaba con el que finalmente iba a coronarse campeón del mundo.

El ‘Chiquillo’ también recuerda que esa selección italiana arrastraba muchas críticas de la prensa deportiva de su país. A ese equipo compacto en defensa, exponente del ‘catenaccio’, le faltaba gol y el entrenador Enzo Bearzot quiso coleccionar una figura repetida: llamó a su delantero en el Mundial Argentina 1978, un inactivo Paolo Rossi.

El ‘Bambino de Oro’ venía de dos años sin jugar debido a una sanción por estar involucrado en un escándalo de apuestas. Ese incidente acabó con el descenso del AC Milan y la Lazio. De todos modos, aquella escuadra ‘azzurra’ era favorita ante Perú, que tres días antes había sido sorprendido por un Camerún indomable.

“A mí lo que me sorprendió fue la recuperación de Italia en el tramo final. Contra nosotros no tuvieron un rendimiento tan parejo”, cuenta Juan Carlos Oblitas, otro de los titulares. Ante el equipo que hizo escuela en cómo defender, Tim respondió con un plan ordenado, aguerrido y con doble esfuerzo físico. Salvador Salguero, Jorge Olaechea, ‘Panadero’ Díaz y Jaime Duarte tuvieron la firmeza para que el brillo de Rossi se hiciera neblina en Vigo.

—Promesa de gol —

Paolo Rossi no pudo anotar en esa primera fase de tres empates para Italia. Bearzot insistió en él, con paciencia, como si estuviera intentando una y otra vez en una ruleta de la suerte hasta encontrar un número ganador. Rossi, para él, fue mucho más que un premio mayor. El exatacante de la Juventus anotó seis goles y tres de ellos a una de las mejores selecciones brasileñas de todos los tiempos. Ante el equipo de Sócrates, Paolo se reencontró con la filosofía del gol.

Con paciencia, Paolo tuvo que ser guerrero para alzar la Copa Mundial FIFA. Dos años después, un niño peruano nacía en un hogar futbolero de Lima. La madre, doña Petronila Gonzales, era hermana de uno de los arqueros suplentes de aquel Perú de Tim. En homenaje al ‘Bambino de Oro’, el pequeño que llegó horas después del Año Nuevo de 1984 fue inscrito como Paolo. Todo tiene sentido, finalmente. El gol lleva su nombre.

Después de su prolongado castigo por amaño de partidos, Paolo Rossi nunca pensó que una apuesta iba a hacerlo sonreír eternamente en cada póster de los fanáticos italianos. Esa apuesta fue ganadora y a ojos cerrados. Fue la apuesta de Enzo Bearzot.

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