Gordon Banks abrazándose mutuamente con Pelé en una cancha décadas después. (Foto: AFP)
Agencia EFE

El secreto de Gordon Banks estaba en los guantes. Durante la preparación en México para el Mundial de 1970, el portero de Inglaterra concluyó que el calor y la dureza de las canchas demandarían recursos extras para paliar el desgaste físico y neutralizar los rebotes caprichosos del balón.

Por entonces, advirtió que los porteros mexicanos y sudamericanos utilizaban guantes de mayor talla que las manos, con una cubierta de goma agujereada en las palmas y dedos.

Gordon Banks y Pelé recordando, a través de un recuadro, la atajada del siglo. (Foto: AFP)
Gordon Banks y Pelé recordando, a través de un recuadro, la atajada del siglo. (Foto: AFP)

Así ganaban control del balón, por el mayor agarre, y reducían el impacto gracias a los hoyuelos, que añadían amortiguación.

¡Y pensar que hasta entonces Gordon Banks jugaba con guantes de jardinería que 'tuneaba' al pegarles los chicles que masticaba!

La prueba de fuego para los guantes nuevos del hombre que solía desafiar las leyes de la gravedad a la hora de viajar de palo a palo, se dio el 7 de junio en el Estadio Jalisco, de Guadalajara.

Bajo un sol justiciero, las selecciones de Inglaterra y Brasil cumplían ese domingo su segunda presentación en el Grupo 3, que completaban Rumanía y Checoslovaquia.

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Un pase profundo del capitán y lateral derecho Carlos Alberto fue aprovechado por Jairzinho para adelantar a su marcador y, sobre la última línea, lanzar un centro alto al corazón del área.

"Cuando vi a Jairzinho levantar la pelota, supe que se me venía una cruz. Me posicioné pensando que el balón iría hacia el punto de penalti, pero el centro fue más a la derecha, como si fuera a una cita con Pelé, que parecía suspendido en el aire", relató después el hombre que a los 17 años cambió la albañilería por el fútbol.

Tras el remate de cabeza, el balón salió como un mazazo que obligó a Gordon Banks a calcular en milésimas el efecto del rebote inicial en el césped para luego volar con la mano diestra estirada hacia su poste.

"Sabía que si contactaba con la pelota, tenía que buscar levantarla, para evitar una nueva caída en el terreno de juego y otra oportunidad para Pelé", dijo.

El preciso instante en que Gordon Banks detiene el cabezazo de Pelé en la Copa del Mundo 1970. (Foto: captura de video)
El preciso instante en que Gordon Banks detiene el cabezazo de Pelé en la Copa del Mundo 1970. (Foto: captura de video)

Pasaron uno, dos segundos. El portero de los Tres Leones aterrizó pesadamente contra la red lateral interna. De soslayo vio cómo Pelé se llevaba las manos a la cabeza, con cara de 'no lo puedo creer'.

A continuación Bobby Moore le robó una sonrisa tras susurrarle: "Te estás volviendo demasiado viejo, 'Bansky'. Antes las agarrabas".

La verdad fue otra. "Esos hoyuelos de goma hicieron su trabajo", celebró el que sería consagrado como mejor portero de ese Mundial.

Al término del partido, que la canarinha ganó gracias a un gol de Jairzinho, Pelé declaró desconsolado: "Yo marqué el gol, pero Gordon Banks lo paró".

Los años pasaron, pero la atajada de Gordon Banks a Pelé quedó en la inmortalidad. (Foto: BBC)
Los años pasaron, pero la atajada de Gordon Banks a Pelé quedó en la inmortalidad. (Foto: BBC)

La acción ha sobrevivido como la mejor parada de la historia, por el rechace en sí mismo y por quiénes lo protagonizaron; el mejor jugador y el portero que entonces defendía el título de campeón del mundo.

Gordon Banks entró en la historia por esa parada, pero ya antes había convertido a Inglaterra en campeona del mundo (encajó 3 goles en 7 partidos, uno de ellos de penalti) y pudo incluso competir con la leyenda del ruso Lev Yashin.

Una semana después de desesperar a Pelé, su ausencia en el encuentro de los cuartos de final de México'70, por unos problemas estomacales, dio a la Alemania de un jovencísimo Franz Beckenbauer la posibilidad de vengar la derrota en la final mundialista de cuatro años antes (3-2).

Gordon Banks disputó 628 partidos durante una carrera de 15 años en Inglaterra, probó fortuna en el incipiente 'soccer' estadounidense, con Fort Lauderdale Strikers, y jugó su último encuentro con el St Patrick's, de Irlanda del Norte, pero siempre prevaleció aquella parada en el estadio Jalisco de Guadalajara.

Fuente: EFE

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