Cristiano Ronaldo y Lionel Messi siguen rompiendo récords y acercándose a nuevas marcas históricas.
Cristiano Ronaldo y Lionel Messi siguen rompiendo récords y acercándose a nuevas marcas históricas.
Jorge Barraza

“Neymar va a ser el sucesor de y ”… “Ney es el heredero al trono”… “Futuro Balón de Oro”… Los vaticinios siguen en pie, y tienen solidez argumental, no se vislumbra otro posible aspirante con sus condiciones. La pregunta es cuándo se cumplirán esos presagios, porque Neymar ya va camino a sus 27 años. Tiene, eso sí, la mesa servida: el Mundial en la puerta y su selección es la favorita al título, ahí podría dar el golpe. Pero, de momento, aunque ya más viejitos, Cristiano y Messi siguen siendo los superhéroes. Vienen librando una batalla épica desde hace diez años. Y trazando el camino. El primero a fuerza de goles, el segundo con festivales de fútbol, y también con muchos goles.

En esa guerra fría -nunca declarada aunque sí encarnizada-, se fueron metiendo en lo alto de la tabla de la historia. Los últimos tantos del portugués lo han puesto con 641 goles oficiales, una cifra que, además de impresionante, lo ubica ya en el sexto puesto entre los máximos artilleros de todos los tiempos. Como líder continúa el poco conocido austro-checoslovaco Josef Bican con 805 anotaciones. Bican actuó entre 1928 y 1954, jugó el Mundial de 1934 y su récord está debidamente certificado. Segundo figura Romario, con 772; tercero Pelé con 767; cuarto el genial húngaro Ferenc Puskas (746); quinto el bombardero Gerd Müller (735); luego Cristiano; séptimo Messi con 602; octavo otro húngaro, Ferenc Déak (576), noveno y décimo Uwe Seeler y el brasileño Tulio, ambos con 575. A todos se les computan goles en clubes y en selección. La estadística la lleva la RSSSF (Rec.Sport.Soccer Statistics Foundation), entidad dedicada a estos menesteres investigativos.

Una aclaración importante: a los famosos 1.284 goles de Pelé se llega incluyendo partidos amistosos, juegos benéficos, de homenaje, en el servicio militar y combinados varios. Se puede ver en detalle en https://www.rsssf.com/players/prolific.html#pele.

Messi y Cristiano son los únicos en actividad en esa ilustre nómina. También los que menos tiempo han jugado. Bican marcó sus goles en 26 años de fútbol profesional; Romario en 24, Puskas en 23, Pelé y Müller en 21, todos así... Vale precisar que Cristiano tiene muchos más partidos disputados que la mayoría: 898 (Bican jugó 530), pero con 33 años está físicamente en óptimo estado, y podría seguir cuatro o cinco años más en buena forma y alcanzar la cima. Está a 164 tantos del primero. ¿Llegará…? Un punto interesante de Cristiano es que no ha sufrido lesiones, por eso ha jugado tanto.

Messi suma 39 goles menos que CR7, pero con dos años y cuatro meses menos de edad. Su documento aún marca 30. Messi en verdad tiene varias anotaciones oficiales más que no le registran, como en los Juegos Olímpicos (fue campeón), en el Mundial Sub-20 (campeón y goleador absoluto), en el Sudamericano Sub-20 de Colombia y en el Barcelona “B”, donde con 16 años competía en una Segunda División bastante fuerte. A Gerd Müller, en cambio, le sumaron los de Segunda y los de la Liga Regional del Sur de Alemania. Pero el mérito mayor de Leo es ser el único de los diez primeros que no es delantero neto sino un volante de armado con mucha llegada. Comenzó, sí, como puntero derecho en 2004, pero luego fue retrasándose en el campo hasta ser hoy un volante ofensivo. Todos los demás eran hombres de área; o 9 definidos como Romario, Müller, Tulio, o bien segundos puntas de lanza como Pelé, Puskás, Seeler, Cristiano. En su columna del domingo pasado en Folha de Sao Paulo, el extraordinario Tostao califica de “absurda” la enormidad de goles que hace un jugador que arranca del medio armando la jugada.

Tostao destaca ampliamente a los dos cracks, aunque los diferencia: “Cristiano Ronaldo hizo otro gol decisivo (el de cabeza al PSG). Nadie termina las jugadas como él. Pero Messi es el comienzo, el medio y el final. Además de hacer un número absurdo de goles y dar tantos pases decisivos, Messi, con sus dribles, arranques e improvisaciones, desestructura las defensas. Es el fenómeno de los fenómenos”.

Naturalmente, tanto Leo como Cristiano irán bajando su producción en la red a medida que los años les vayan minando la potencia y los reflejos. Pero no deja de ser fabuloso que hayan logrado sus marcas en esta época, en que los sistemas son más cerrados que hace cincuenta o sesenta años, con los atléticos arqueros actuales, con la presión, un sistema de marca que antiguamente no se conocía, y con la preparación física de los defensores modernos. Pero sobre todo con la velocidad, que obliga a pensar y moverse mucho más rápido, so pena de perder el balón. El fútbol nunca fue tan difícil ni tuvo tanto grado de obstáculo. Antaño era muy romántico y también había mucha bohemia, un jugador llegaba al estadio en malas condiciones y jugaba igual, hoy si un futbolista falta a un entrenamiento o llega tarde sin justificación es desafectado del partido del fin de semana. Todos los que entran al campo están en óptimas condiciones físicas.

Lo de Cristiano es fantástico si se considera que es un futbolista con menos recursos naturales que Romario, Pelé, Puskas o el mismo Messi. Lo suyo es simpleza pura: remate con ambas piernas, cabezazo, colocación, desmarque, pique, concentración, apetito goleador. Un matador. No tiene magia, es clink, caja… Pero pasan los años y sigue sumando. A veces parece declinar y luego vuelve con todo.

Es resaltable, tanto en Cristiano como en Messi, que todos sus goles están debidamente documentados y filmados y los han convertido en el máximo nivel posible de competencia. No hay más arriba. Ronaldo en Sporting de Lisboa, Manchester United y Real Madrid. En Champions League. Y en el plano de selecciones, jugando Eurocopas, Mundiales, Eliminatorias… Messi, igual.

Sin el menor ánimo de demeritar a los otros ocho, todos monstruos (aunque no vimos a Bican, tampoco a Puskas, sí tenemos claro que este fue fenomenal), muchos de sus goles fueron en ligas que no pueden compararse con la inglesa o la española de ahora. Un ejemplo: 470 de los 767 goles de Pelé fueron anotados en el Torneo Paulista, siempre fuerte por tratarse del fútbol brasileño, a varios escuadrones como Corinthians, Palmeiras o Sao Paulo FC, otros a clubes muy pequeños. Lo mismo sus goles en el Cosmos, en la, como mínimo, curiosa liga norteamericana de los años 70.

Nadie podrá quitar jamás los méritos de Puskas, Pelé, Müller o Romario, pero el ayer tampoco puede tapar las bondades del hoy.

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