Xavi Hernández llegó al Barcelona en noviembre de 2021 y hasta el momento no ha podido ganar ningún título. (Foto: Agencias)
Xavi Hernández llegó al Barcelona en noviembre de 2021 y hasta el momento no ha podido ganar ningún título. (Foto: Agencias)
Marco Quilca León

Con los brazos en jarra y la mirada perdida. Xavi Hernández no podía creer el segundo gol del Real Madrid convertido por el uruguayo Federico Valverde. Eran los mejores minutos de su Barcelona en el clásico pero un error -un nuevo error- sepultó las opciones de un empate que pudo haber cambiado la historia pero que terminó en victoria merengue por 3-1 ante un Barza consumido por sus propios desaciertos.

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La derrota ante su archirrival supone el cierre de la peor semana de Xavi al mando del equipo de sus amores. El miércoles empató en el Camp Nou ante el Inter de Milán y prácticamente quedó fuera de los octavos de final de la Champions por segunda vez consecutiva, salvo un milagro en las últimas dos jornadas.

Karim Benzema, quien , premio a su excelsa temporada pasada en la que guió al conjunto madridista a ser campeón de Europa, abrió el marcador a los 12 minutos. Y Federico Valverde aumentó a los 35′ en un primer tiempo en el que el elenco dirigido por Carlo Ancelotti fue muy superior en muchos aspectos del juego.

Después de realizar siete fichajes en el mercado de pases, incluyendo la de grandes figuras como Robert Lewandowski, el Barza no la pasa nada bien. La crisis incluso ha llevado a los propios hinchas azulgranas a hacer tendencia el hashtag #XaviOut con el que piden la salida del ídolo convertido en técnico del club desde noviembre de 2021.

Lo cierto es que el Real Madrid se llevó el clásico con una superioridad que hace tambalear el proyecto del Barza encomendado a Xavi. El entrenador sumó apenas 28 victorias y once empates en sus primeros 50 partidos, números por debajo de su antecesor Ronald Koeman (33 victorias y siete igualdades). Hay razones para entender por qué los de Ancelotti en estos momentos festejan la punta del certamen español y la crisis del equipo rival.

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El mediocampo fue blanco

De entrada Xavi sorprendió a todos poniendo en el once titular a Frenkie de Jong en lugar del combativo Gavi. Su idea, quizá, era repetir lo hecho en el clásico del año pasado en el que el neerlandés, hoy relegado en la banca, fue una de las figuras con sus sorpresivas incursiones al área rival.

Sin embargo, ese cambio desequilibró un mediocampo que careció de fuerza para contrarrestar al tridente blanco compuesto por Toni Kroos, Luka Modric y Tchouaméni, quien es el Casemiro del nuevo Madrid.

Con un equipo que en muchas ocasiones quedó con las líneas muy separadas y con atacantes por fuera que no cumplían con el recorrido para defender, Sergio Busquets fue uno de los más perjudicados. El volante de 34 años quedó muy expuesto ante una de sus grandes debilidades: velocidad a campo abierto.

En el primer gol de Karim Benzema, la jugada se inició en área merengue. Tras un pivoteo de Vinícius Juniors, Kroos empezó la conducción seguido por Busquets que nunca lo logró alcanzar, incluso intentó sujetarlo de la camiseta para cometer la falta pero no logró su cometido.

Errores en defensa

“Es difícil explicar las diferencias entre LaLiga y la Champions. Son errores puntuales, individuales... en LaLiga estamos muy bien y hay que continuar en este camino. Mañana es una prueba importante”, dijo en conferencia de prensa Xavi. Si a mitad de semana Gerard Piqué fue el apuntado, ahora le tocó a Eric García.

El segundo gol del Real Madrid fue una consecución de errores cometidos con la defensa del Barcelona. “El balón que iba fuera de banda y que salva Carvajal con una patada a cualquier parte retrata a toda la defensa del Barza, desubicada y desnortada”, comentó el estadístico Míster Chip.

Sumado a todos esos fallos de posicionamiento, Eric García habilitó a Vinícius Junior peinando un balón. El brasileño condujo, abrió con Mendy para que el francés mande un centro rasante para la llegada de Federico Valverde. El uruguayo, con un porta misil en el pie derecho, sacudió desde el borde del área.

Eficacia

El Real Madrid remató apenas ocho veces (cuatro a portería) para marcar tres goles y llevarse los tres puntos. El Barcelona intentó 18 veces (cinco al arco defendido por Lunin) y solo marcó un tanto. Estadísticas que retratan lo que fue el clásico.

Mientras el conjunto culé se apoya en su filosofía de pases en busca de huecos, el elenco de Carlos Ancelotti es más simple. Llega con pocos toques al arco rival y tiene una gran eficacia. Además de los buenos movimientos en ataque.


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