El fútbol y la política no van de la mano. La FIFA prohíbe incluso la intromisión de los gobiernos en el desarrollo del balompié en cada país. Pero hay situaciones que exceden a esa visión encorsetada. El ‘brexit’ es un ejemplo de ello y amenaza con cambiar la dinámica exitosa de la Premier League. La salida del Reino Unido de la Unión Europea podría empezar a tener un efecto significativo en la liga más millonaria y poderosa del mundo. Podría debilitarla en favor de otros mercados.
Bajo el formato actual –todavía no se creó el marco legal para el fútbol–, la ‘Union Jack’ cobija a estrellas de todas las constelaciones. El 60,2% no ha nacido en las islas británicas, son comunitarios o consideradas extranjeros –309 jugadores, según Transfermarkt–. Ahí radica el conflicto principal entre las primeras posturas de la Premier League y la Football Association (FA, la federación inglesa), ya que teóricamente los comunitarios pasarían a ser foráneos y no tendrían acceso libre para firmar contratos con clubes ingleses, como ocurre hasta hoy.
Para la Premier el modelo de negocio no debería cambiar. La exitosa liga global debe continuar tal cual y permitir que los países de la Unión Europea sigan alimentando a su torneo con sus mejores ‘productos’. La premisa es mantener esa captación de grandes talentos del mundo, sin importar el pasaporte. La FA no piensa igual. Bajo la visión nacionalista, espera invertir progresivamente los porcentajes. Desea la hegemonía del jugador británico, un torneo bien ‘made in England’ en favor de su selección.
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—Refuerzos mayores—
La primera medida, según explican los propios medios ingleses, sería incrementar el mínimo de 8 a 12 jugadores formados en el Reino Unido, los denominados ‘homegrown players’, en cada plantel profesional. Hay que remarcar que esos futbolistas no necesariamente tienen que ser británicos.
Sin embargo, esa propuesta se estrellará con un muro enorme tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), puesto que entrará en vigencia la reglamentación FIFA que prohíbe contratar menores de 18 años extranjeros a los clubes que están fuera de la UE. Los equipos de la Premier deberán formar a los nuevos talentos nacidos solo dentro de su territorio; ello los obligaría a comprar extranjeros mayores de edad y a un costo muchísimo más elevado. Sería un golpe demasiado fuerte para sus economías porque las beneficiadas serían las ligas potentes de la UE, como las de España, Italia, Alemania, Francia y Portugal.
Con las nuevas leyes, los casos del francés Paul Pogba o los españoles Cesc Fàbregas y Gerard Piqué jamás hubiesen sido posibles. Ellos llegaron a Inglaterra sin ser mayores de edad. Fueron formados en sus clubes como ‘homegrown players’ y luego generaron un beneficio económico importante.
Las más afectadas con estas medidas serían sin dudas las instituciones más pequeñas del Reino Unido. “El ‘brexit’ amenaza con ensanchar la brecha de la desigualdad respecto de los equipos grandes”, explicó el presidente del Burnley, Mike Garlick.
El ‘brexit’ amenaza con ensanchar la brecha de la desigualdad respecto de los equipos grandes
Mike Garlick, presidente del Burnley
—Solo para extranjeros—
Otra de las reglas que deberán revisarse es la que se aplica actualmente para los jugadores extracomunitarios. Ellos deben de haber disputado al menos el 30% de los partidos de su selección en los últimos dos años, siempre y cuando su nación esté ubicada en el top 10 del ránking de la FIFA. Si están posicionadas del puesto 11 al 20, el porcentaje sube a 45%; mientras que, si están entre los escalafones 21-30, requieren del 60% de presencias. Más allá de esas clasificaciones, el requerimiento es del 75% de encuentros. Lo más probable con ello es que los foráneos que cumplan con esas exigencias ya estén en otras ligas competitivas, como la española o italiana, por lo que acceder a ellos sería en muchos casos prohibitivo para los clubes más pequeños de la Premier.
Además, si los comunitarios fuesen considerados extranjeros, en la actualidad muchos de ellos no cumplirían con ese requisito. Según un estimado de “The Guardian”, dos de cada tres no podrían ser fichados con el Reino Unido fuera de la UE. N’Golo Kanté, por ejemplo, no podría haber sido contratado por el Leicester, ya que ni siquiera había debutado con la selección francesa. Tampoco el argelino Riyad Mahrez, quien hoy brilla en el Manchester City.
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—Cambio gradual—
Para no perjudicar a los equipos que ya cuentan con contratos con futbolistas comunitarios más allá del 2020, estos podrían mantener los mismos derechos y privilegios de los británicos siempre que tengan residencia en el país y visa de trabajo vigente hasta antes del 31 de diciembre de este año, y tendrían hasta julio del 2021 para registrarse, de lo contrario serían considerados extranjeros.
Para entender el real impacto a futuro de las medidas generadas por el ‘brexit’, bajo las nuevas reglas es poco probable que a futuro disfrutemos de otro maravilloso equipo como el actual Liverpool del alemán Jürgen Klopp, para muchos el mejor en la actualidad. Solo por citar a sus habituales titulares, únicamente Trent Alexander-Arnold, Joe Gómez, Andy Robertson y Jordan Henderson son británicos. Los otros siete deberían cumplir las normas establecidas para los extranjeros.
Lo mismo ocurriría con el Manchester City bicampeón de la Premier bajo el mando del español Pep Guardiola. En su once base apenas asoman los ingleses Kyle Walker, John Stones y Raheem Sterling.
Muchas grandes estrellas serían reemplazadas por británicos que hoy no tienen lugar en esos equipos. La calidad se vería mermada y, con ello, se afectaría al espectáculo. En esa ecuación, las ganancias también serán menores, pues ofrecerían a los patrocinadores un producto de menor calidad.
De la medida tampoco escapan los técnicos. En este momento, de los 20 clubes nueve cuentan con estrategas foráneos: Klopp, Guardiola, José Mourinho (Tottenham) o Mikel Arteta (Arsenal). Ellos también tendrían que gestionar sus respectivas visas de trabajo y cumplir ciertos requerimientos.
Si hoy el primer título del Liverpool en la Premier League –se denomina así desde 1992–, es casi una certeza, el ‘brexit’ le pone el toque de suspenso perdido en el campo.