La imagen de Kylian Mbappé con su madre en el palco del Stade Louis II tras ser sustituido en el descanso marcó otro duelo gris del París Sain-Germain, que no pasó del empate sin goles ante el Mónaco y se salvó de la derrota gracias a las intervenciones de Gianluigi Donnarumma.
El guardameta italiano fue la única buena noticia de un equipo sin estímulos con la Liga prácticamente ganada a falta de un tercio para terminar el curso. Donnarumma completó hasta cuatro intervenciones clave en la primera parte que permitieron al PSG sumar un punto.
Y es que el PSG jugó a medio gas, con la cabeza puesta en el choque de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones. Saltó apático al terreno de juego del Stadio Louis II. Sin jugadores que seguramente serán titulares en San Sebastián ante la Real Sociedad como Dembélé, Fabian Ruiz, Barcola o Zaire-Emery, el PSG se convirtió en un equipo excesivamente previsible para un rival de nivel como el Mónaco.
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