A probar suerte fuera del Real Madrid. Takefusa Kubo se incorpora a la Real Sociedad como nuevo jugador del club de donostiarra, convirtiéndose así, en el primer jugador japonés que viste la camiseta de ‘txuri-urdin’.
El futbolista de 21 años no debutó en el primer equipo blanco y pasó por diferentes cesiones: el Mallorca (dos), en el Villarreal y en el Getafe. A falta de confirmación oficial, Take Kubo jugará en Donostia hasta 2027. Una vez firme su contrato, podrá entrenarse en la sesión del miércoles en Zubieta, aunque el amistoso del fin de semana contra el Borussia Monchengladbach alemán le puede llegar pronto al jugador nipón.
Su llegada a Donostia ha levantado gran expectación entre los aficionados y, tras su aterrizaje anoche en el aeropuerto de Hondarribia, este mediodía ya se ha tomado las primeras fotos como futbolista oficial de la Real Sociedad en el Palacio Miramar.
Kubo ha comparecido ante los fotógrafos vestido con el uniforme txuri urdin y el dorsal 14 con su nombre de pila, “Take”, a la espalda, acompañado por el presidente, Jokin Aperribay, y el director deportivo, Roberto Olabe.
Takefusa Kubo se formó en las categorías inferiores del Kawasaki Frontale y, con tan solo 10 años, el Barcelona lo fichó en 2011 para La Masia tras descubrirlo en el campus Barcelona Soccer celebrado en Japón.
Su paso por la academia juvenil del Barça duró hasta abril de 2015, cuando puso rumbo a su país natal para enrolarse en el filial del FC Tokio en la temporada 15/16 y un año después debutó con el primer equipo, el 3 de mayo de 2017 en la Copa Levain.
Posteriormente, se marchó cedido a otro conjunto de la máxima competición japonesa, el Yokohama F. Marinos y en el mercado invernal retornó al Tokio FC, donde fue un habitual el resto del ejercicio, tras lo que el Real Madrid se hizo con sus servicios en el mercado estival de 2019.
Nada más aterrizar en el club blanco, salió cedido al Mallorca para ganar experiencia en la máxima competición española a las órdenes de Vicente Moreno, para quien fue indiscutible durante aquel curso en el que debutó en Primera.
Transcurrido un año, regresó al Real Madrid para ser nuevamente cedido en la campaña 20/21, esta vez al Villarreal, de donde volvió a salir a préstamo hacia el Getafe aquella misma temporada debido a su falta de protagonismo.
En verano retornó al Real Madrid que nuevamente lo cedió al Mallorca, donde jugó la pasada campaña con la intención de recuperar las buenas sensaciones de su primera etapa en el conjunto balear y que ahora intentará demostrar de nuevo en la Real Sociedad.