Redacción EC

DIEGO BARRIO DE MENDOZA

El extremo holandés , que la temporada anterior ganó su primer título internacional al conseguir la Champions League, fue el principal argumento del en que le propinó al por la jornada 23 de la . El atacante fue la figura del encuentro al anotar tres goles y complicó en todo momento a los defensores del conjunto visitante. Aquí las claves de su rendimiento:

Gol de lujo. El primer tanto de Robben, el segundo de su conjunto, llegó a los 15 minutos del primer tiempo. Luego de una rápida asistencia del croata Mario Mandzukic, el holandés picó el balón por encima del portero Fahrmann, a pesar de tener poco tiempo y espacio para ejecutar una definición adecuada.

Concentración: una cualidad que no mostró con frecuencia Robben a lo largo de su carrera futbolística, pero en el encuentro de hoy fue uno de sus  principales fundamentos. El cuarto gol del Bayern llegó gracias al oportunismo y concentración del ex Real Madrid, quien no perdió de vista la jugada y aprovechó que la defensa rival dejó un balón suelto en el borde del área para definir a un costado del arquero tras quedar mano a mano.

Juego en conjunto. El deslumbre de Robben no solo fue individual, sino también colectivo. El subcampeón del Mundial Sudáfrica 2010 logró combinar y atacar con sus compañeros por todo el campo, a pesar de que su principal función era desbordar por sector derecho. Al minuto 36, el holandés se unió por izquierda con Mario Götze, David Alaba y Thiago Alcántara para hacer de los pases y las paredes una diversión, lo que demostró claramente la superioridad del Bayern ante Schalke.

Entendimiento con Pep. Antes de la llegada de al Bayern Múnich, se especuló sobre la mala relación que podría tener con Robben. La individualidad con el holandés actuaba, hizo pensar que ello no concordaría con el juego colectivo que Pep hace gala. Sin embargo, Robben es habitual titular en el esquema del estratega y fue el elegido para patear el penal que sentenció el duelo de hoy. Al parecer, el incidente en ante Mainz, donde el catalán no lo dejó patear un penal provocando la ira del extremo, ha sido superado por ambos y ahora son ejecutores de la misma sinfonía.

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