Me gustaría que Argentina vaya al Mundial por Lionel Messi, pero no por Jorge Sampaoli.
Medios argentinos aseguran que el próximo lunes será presentado el ‘Hombrecito’ como técnico albiceleste. Ojalá que eso no pase, que la negociación se caiga, que la AFA cambie de planes o que el mismo ‘Sampa’ decida buscar la trascendencia desde la lealtad quedándose en el Sevilla. Solo así, el ex entrenador de la selección chilena podrá recuperar línea de crédito como hombre de buena fe.
Hoy a Sampaoli no le creo nada, aunque reconozco que es uno de los más conocedores y capacitados como técnicos en el fútbol internacional. Digamos que comparto parte de la apreciación de Claudio Borghi, su antecesor en la selección de Chile: “Su parte deportiva es fabulosa y gloriosa, pero en el lado humano es un desastre”, dijo el ‘Bichi’ hace dos meses en Fox Sports. La misma idea tiene Edgardo Bauza, el cesado entrenador de Argentina: “Me divierte que sigue negando todo”, explicó el ‘Patón’ al aceptar que ‘Sampa’ ya había tenido conversaciones con dirigentes de la AFA antes que lo despidieran. Entre Borghi y Bauza hay muy poco en común, uno es desbocado y el otro más cuidadoso, lo que ahora los une es que ambos habrían sido reemplazados por un colega en el que no confían.
Guarden los videos y audios de las últimas conferencias de Sampaoli. Comenzó negando cualquier contacto con los dirigentes albicelestes, hasta que el mismo presidente del Sevilla reconoció la negociación. Poco a poco ha ido haciéndose más flexible cuando la prensa le pregunta por su futuro inmediato. Ha comenzado ahora la cuenta regresiva para saber si lo que era secreto a voces, y lo que el hombre de Casilda tanto trató de ocultar, era una verdad.
Marcelo Bielsa dijo hace una semana que “Sampaoli es mejor que él” por la flexibilidad táctica para el éxito deportivo. Discrepo de esta idea desde el enfoque de acciones comprobadas. Bielsa no habría perdonado a Arturo Vidal después de su choque de auto en la Copa América para campeonar en el torneo, tampoco habría atendido las llamadas de la AFA en medio de una campaña interesante con un club como el Sevilla. Esa no es la flexibilidad meritoria citada por el ‘Loco’, eso es anteponer el fin antes que los medios. Y nadie puede ser mejor siendo así.
Hay una extraña impunidad en aquellos profesionales del fútbol que tienen un mejor uso de la palabra y una dosis de romanticismo para el trabajo. Sampaoli niega lo que luego es confirmado y puede seguir caminando sin culpas con la mirada hacia el suelo por zonas técnicas, usando la armadura de sujeto extravagante e incomprendido.
Han pasado diez años desde la primera vez que entrevisté a Sampaoli. Recuerdo que, a pesar de que conseguí realizar la nota, esta se desarrolló en medio de un clima de fastidio y apuro. Era una nota de presentación cuando recién había llegado a Sporting Cristal. Lo coordiné dos semanas antes y llegué puntual al estadio Alberto Gallardo donde los rimenses entrenaban. Con una maleta azul colgada al hombro, ‘Sampa’ me miró extrañado y dijo en voz baja: “Me disculpás pero a mí nadie me avisó nada”. El 22 de mayo, cuando Argentina presente a su técnico al fin podré saber si me estaba mintiendo o no.
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