Los superclásicos argentinos entre Boca Juniors y River Plate siempre paralizan la ciudad de Buenos Aires, no hay otra cosa de la que se hable, que no sea el clásico. Esta vez, ambos se vieron las caras en La Bombonera el sábado 21 de septiembre a las 4 de la tarde (horario argentino), clima perfecto con un sol imponente y las calles de La Boca llenas de fernet, chori, birra y su cola bien helada.
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Me adentré a uno de los barrios más peligrosos de Argentina; La Boca, el nombre se debe a que en esta zona se encuentran las bocas del Riachuelo, que desemboca en el Río de la Plata. Si bien el lugar era muy Boca por sus diversos murales, banderolas y ropa de los hinchas -vestían de azul y amarillo- el ambiente es cálido y acogedor por los hinchas, que se abrazan entre sí gritando: “Boca, Bocaaaa, Bocaaaaa” en reiteradas oportunidades.
Horas antes del partido, los hinchas suelen juntarse al rededor de La Bombonera junto a sus familias, amigos y turistas, que también son acogidos como uno más de ellos. La mayoría de los hinchas se visten con la camiseta del peruano Luis Advíncula, que para algunos es actualmente el mejor jugador del club. El cariño por ‘Lucho’ es tanto que las camisetas con su nombre en algunos locales están agotadas.
Como todo lo bueno que hay en La Boca, también tiene su lado negativo, ya que, algunos turistas fueron estafados con la reventa de entradas para poder ingresar al estadio y ver el superclásico. La reventa no bajaba de los mil dólares (casi un millón de pesos de argentinos al cambio oficial), a pesar del exorbitante precio, algunas personas compraban, pero lamentablemente no pudieron ingresar a la Bombonera.
El partido acabó aproximadamente a las 6 de la tarde (horario argentino) con una dura derrota para Boca, que lo pone en el ojo de la tormenta a su entrenador Diego Martínez y a ‘Chiquito’ Romero, quien tuvo un fuerte intercambio de palabras con algunos hinchas del equipo ‘Xeneize’ al terminar el superclásico.
El turno de River Plate
En Núñez las calles son muy distintas a la de La Boca, puesto que parece más una residencial, pero cuando ingresan en modo fútbol, todo cambia. La noche del martes 24 de septiembre, River Plate recibía a Colo Colo en el Más Monumental por el partido de vuelta de la Copa Libertadores, con un Arturo Vidal que fiel a sus estilo había declarado lo siguiente: “Mañana ganamos, y pasamos”.
Sin embargo, la suerte no estuvo con Colo Colo, ya que con un gol de Colidio, los ‘Millonarios’ se impusieron por la mínima diferencia y clasificaron a las semifinales de la Copa Libertadores, donde deberán de enfrentar a Atlético Mineiro.
River ha mejorado con la llegada de Marcelo Gallardo y esperan poder clasificar a la gran final, que se jugará en su estadio, el Más Monumental el próximo sábado 30 de noviembre.
El ‘Cacique’ junto a su máximo referente, Arturo Vidal se fueron del terreno de juego entre silbidos y cánticos en su contra: “Mirá, mirá, mirá, sacale una foto, se van para Chile con el cu** roto”, le corearon los hinchas riverplatenses.
Horas más tarde, en mi adiós de tierras argentinas me encontré con el plantel de Colo Colo en el aeropuerto de Aeroparque. A pesar de la derrota, Arturo Vidal se dio tiempo para tomarse unos selfies con algunos viajeros. Sin embargo, el público argentino no olvidaba sus punzantes palabras y les volvieron a cantar: “Mirá, mirá, mirá. Sacale una foto...”. A los futbolistas de Colo Colo les tocó la resignación de seguir con su camino.