¿Felicidad y orgullo por plantarle cara y tener entre las cuerdas al último finalista de la Libertadores? ¿O ira e impotencia por no haberle ganado a un equipo que jugó casi 20 minutos -contando los añadidos- con un hombre menos? El hincha de Alianza Lima probablemente esté confundido tras el empate 0-0 ante Athletico Paranaense en el debut en la Copa Libertadores. La mochila de los ahora 30 partidos sin ganar en el torneo pesa cada vez más, pero este martes, en Matute, el cuadro blanquiazul compitió como no lo hacía hace muchos años.
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Y el hincha tiene razón en no saber con certeza qué sentir. Porque para este año la consigna era justamente eso: competir. Por eso se invirtió en traer a jugadores de jerarquía como Carlos Zambrano, Christian Cueva y Gabriel Costa; o extranjeros de nivel como Pablo Sabbag, Andrés Andrade o Santiago García.
En el campo se notó la jerarquía. Alianza compitió. Pudo perderlo -Paranaense falló cuatro ocasiones claras-, pudo ganarlo, pero terminó empatando. Es el primer partido del equipo en un grupo complicado que comparte con Libertad y Atlético Mineiro. El primer partido en el que se han sacado muchas conclusiones. Por ejemplo, que Carlos Zambrano es un baluarte en defensa; que Jesús Castillo demostró estar para grandes citas; y que Cueva ha sido la gran decepción hasta el momento por lo que se espera de él.
Alianza Lima ha sumado un punto en la Copa en un encuentro muy difícil ante un rival que lo supera por cuatro veces en valorización. Un empate agridulce, para algunos es más agri que dulce y para otros al revés. Por eso, a continuación te mostramos el UnoxUno de Deporte Total. Así los vimos a los 16 jugadores que usó el Chicho Salas en esta tarde noche de Matute.
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A inicios de año perdió el puesto pero no por temas futbolístico. Ángelo ha sido uno de los más regulares en los últimos dos años en Alianza y lo demostró en este debut copero. Sacó las que tuvo y dio seguridad y confianza a su defensa. No tuvo errores durante los 90 minutos.
Venía cumpliendo una buena función por su banda, sobre todo en ataque asociándose con Costa y llegando a línea de fondo. Sin embargo, fue cambiado a los 32 minutos por una lesión muscular.
Un baluarte. La gran figura de la tarde noche en Matute. Carlos dejó en el campo toda su jerarquía para convertir de la defensa un verdadero muro. Si Vitor Roque, ese ‘9’ de 18 años que el Barza quiere y por el que pagaría 50 millones de euros, no hizo nada durante el partido, es gracias al ‘Kaiser’. Se lo devoró.
Ha sido su mejor partido desde que llegó a Alianza Lima. Al principio le costó en las divididas con los atacantes del cuadro brasileño, pero luego se asentó en el campo y fue prácticamente impasable. Fue, por momento, el primer pase de salida.
Se le exigía un partido así. ‘Richi’ cerró su banda izquierda y atacó. Fue un todo terreno. Incansable para generar peligro con sus centros y el minuto estar en su posición para defender. En los minutos finales salvó una ocasión clara en la que el elenco aliancista quedó en desventaja numérica.
Con la presencia de Jesús Castillo, Josepmir fue el “pulmón” blanquiazul cuya función era tapar los huecos que dejen los atacantes. Y lo cumplió casi a la perfección. Presionó arriba, cerró por todos lados. Fue también uno de los jugadores que más tiempo tuvo el balón y más pases dio. Incluso tuvo un par de oportunidades para abrir el marcador.
¡ESPECTACULAR! En mayúscula y con signos de exclamación. Así fue el partidazo que se jugó el volante. Fue su debut en un torneo internacional y no defraudó. Todo lo contrario. Se adueó del mediocampo. Quitó, distribuyó y corrió como si tuviera un pulmón extra. Al final se fue aplaudido por el hincha.
Irreconocible. Pasivo para marcar y para conducir el balón. Impreciso en los pases. Tomó malas decisiones cuando estaba cerca al arco. Sin duda fue uno de los puntos más bajos del equipo.
Su desequilibrio no es una novedad. Su regate en velocidad causó muchos problemas a los defensores brasileños. Sin embargo, le falta terminar bien las jugadas, un punto débil que debe mejorar. En los minutos finales, tras una viveza de Andrade, pudo haber anotado o asistido para el gol de la victoria y decidió mal la jugada.
La gran decepción del día. Sobre sus pies debía recaer la responsabilidad de hacer jugar a Alianza, pero nunca tuvo la capacidad para hacerlo. Casi pasó desapercibido si no fuera por una genialidad al inicio del segundo tiempo que pudo significar un gol. Pero de Christian se espera que esas jugadas sean una constante y no algo esporádico.
Era la primera vez que disputaba una Copa Libertadores, pero su calidad nunca estuvo en duda. Es una máquina de hacer diagonales y ganarle las espaldas a los defensores rivales. Peleó cada balón y fue un dolor de cabeza, aunque no tuvo muchas chances para convertir.
Es central y solo una vez en su carrera había jugado de lateral. Pero la situación obligó a que sea el cambio por Chávez. Aún así lo hizo muy bien y no tuvo ningún temor en pasar al ataque y ganar la línea del fondo. Demostró que es un jugador polifuncional.
Ingresó a los 70 minutos y le cambió la cara a Alianza. Participativo en el juego, dinámico con el balón y pícaro. Provocó la expulsión de Thiago Heleno y a la siguiente jugada, tras una viveza suya en un lateral, pudo llegar el gol de la victoria. Demostró que puede ser titular sin ningún problema.
Venía de anotar un doblete ante Cienciano y ratificó su buen momento. A diferencia del estático Costa, Franco estuvo movedizo iniciando desde la banda derecha. Incluso tuvo en sus pies una ocasión clara que no pudo concretar. Aún así ingresó bien.
Reemplazó a Sabbag a falta de diez minutos, pero no pudo gravitar como suele hacerlo. Entró a pelear con los centrales y no tuvo chances de marcar.
Ingresó en lugar de Castillo para cumplir la misma función: marcar y no dejar que Paranaense contraataque. Y lo hizo. Oswaldo quitó un par de balones que le dieron ataque continuo al cuadro íntimo.