Alianza Lima perdió 3-0 ante Palestino de Chile y peligra su clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores. (Foto: AP)
Redacción DT

Por: Kenyi Peña Andrade

Jugar la Copa Libertadores para ha sido una pesadilla en los últimos años. Una que se repite cada doce meses. Una que, para colmo, es larguísima: dura 540 minutos (la duración de los seis encuentros en la zona de grupos). Mientras el torneo copero es utilizado como una vitrina para mostrar sus virtudes para la mayoría de equipos del continente, para los íntimos es el escenario perfecto para que sus flaquezas sean desnudadas.

Es verdad que, al echar un vistazo rápido hacia atrás, el desempeño en general de los llamados tres equipos grandes de nuestro país no ha sido tampoco para golpearse el pecho. Sin embargo, al revisar los más recientes antecedentes, podemos decir que Sporting Cristal compite sin todavía dar ese gran salto de calidad que es clasificar a octavos de final (no lo hace desde el 2004); Universitario tiene unas participaciones de cal y más de arena en los últimos años, tras ser eliminado de la fase previa por dos equipos bolivianos en sus últimos periplos; pero con Alianza pareciera que el torneo se ha ensañado siempre.

La última vez

Para revisar en YouTube el último triunfo blanquiazul en el torneo solo hay que introducir lo siguiente: Alianza 1- Nacional 0 -Copa Libertadores del 2012. Aquella vez, el partido se jugó en el coloso de José Díaz y el único tanto del partido fue hecho por José Carlos Fernández a los 15 minutos. Y, como un dato curioso, el entrenador de ese momento era José Soto, un inexperto en comparación al resto de técnicos que después se pondría el buzo aliancista y le fue mal.



Desde esa oportunidad han pasado 14 encuentros sin que los victorianos puedan saborear el triunfo en el torneo internacional más importante de clubes de nuestro continente. Y no solo eso, sino que en las tres siguientes ediciones disputadas (2015, 2018 y 2019) obtuvo once derrotas.

Las peores campañas

En total, los de La Victoria han disputado 150 encuentros, con un saldo pobre de 37 victorias, 28 empates y 85 derrotas. Y también han sabido recolectar campañas que entran a la estadística histórica pero por lo decepcionante de las mismas: sus peores presentaciones se dieron en 1979 y el 2007. En la primera, el equipo estuvo integrado por estrellas de la talla de César Cueto y Teófilo Cubillas, mientras que en la segunda estaban el mundialista ecuatoriano Augusto Poroso, el uruguayo Martín Ligüera, Juan Jayo, Marko Ciurlizza, Flavio Maestri, entre otros. En ambas no lograron punto alguno.

No obstante, la segunda peor participación aliancista se consumó en el 2018. El flamante cuadro victoriano, que había salido campeón nacional después de 11 años de la mano del uruguayo Pablo Bengoechea, apenas cosechó un punto. Para mala noticia de los fanáticos aliancistas, en este 2019 aún pueden repetir ese nefasto récord. Eso sí, aun le quedan tres partidos (dos en condición de local) para revertir la situación. Pero este año ya nos dejó otra estadística negativa, ya que ante Palestino se produjo la mayor paliza de un club chileno a un rival peruano en la Libertadores desde el 4-0 de Cobreloa que también sufrió Alianza Lima en la fase de grupos del 2003.

Razones de la mala campaña

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Ante este pequeño extracto de la historia blanquiazul en la Copa que ninguno de sus hinchas quiere recordar,  la pregunta es obligatoria: ¿Por qué Miguel Ángel Russo, con el cartel internacional que tiene, no ha podido otorgarle a Alianza esa categoría internacional para competir?

1. No es el equipo de Russo

El argentino fue presentado oficialmente como técnico de Alianza el 28 de diciembre del 2018. Hasta esa fecha, José Manzaneda (22-12-18), Aldair Salazar (20-12-18), Rodrigo Cuba (22-12-18), Carlos Beltrán (26-12-18), Joazinho Arroé (24-12-18), Anthony Rosell (23-12-18) e Ítalo Espinoza (27-12-18) ya habían estampado su firma por la institución. Días después llegarían Wilder Cartagena (5-1-19), Pedro Gallese (24-1-19), Adrián Ugarriza (14-1-19) y  Felipe Rodríguez (19-1-19).

Miguel Ángel Russo fue presentado oficialmente como nuevo técnico de Alianza el 28 de diciembre del 2018. (Foto: AFP)
Miguel Ángel Russo fue presentado oficialmente como nuevo técnico de Alianza el 28 de diciembre del 2018. (Foto: AFP)

Es decir, más de la mitad de los refuerzos para la nueva temporada no los eligió Russo. Cuando el argentino puso un pie en Lima, prácticamente ya le habían armado el plantel. Es cierto que esto de imponer jugadores al técnico se hace cada vez más seguido en la escena internacional, pero no es lo ideal. Todo lo contrario se dio, por citar un ejemplo, cuando los dirigentes de Nacional de Uruguay intentaron -casi a la fuerza- que el inexperto Marcelo Gallardo en aquel momento aceptara en su plantel al defensor Joe Bizera. Finalmente el 'Muñeco' no dio el visto bueno.

2. No se cumplieron con las exigencias de Russo

“Nos faltarían tres o cuatro jugadores más, para mi gusto, por el tema que jugamos una Copa Libertadores", indicó el ex técnico de Boca Juniors el 27 de febrero de este año. Sin embargo, solo le traerían después, si cuenta como refuerzo, al juvenil de la Sub 20 Dylan Caro. El entrenador gritaba a los cuatro vientos que lo que tenía en el plantel no le alcanzaba para competir en alta exigencia internacional. Se rumoreó después sobre la posible llegada de Irven Ávila, pero al final nadie más llegó al barrio de Matute.

3. El factor Affonso

No existió el plan B ante la ausencia de Mauricio Affonso. Luego de que el uruguayo se lesionó el tobillo, Russo nunca encontró a su reemplazante ideal. Ni el empeño de Adrián Ugarriza ni la juventud de Gonzalo Sánchez alcanzaron para suplir al charrúa, que tiene 12 goles desde que llegó al equipo. Su ausencia ante Internacional en Brasil y frente a Palestino en Chile se sintió más de lo que se pensaba. Perder a tu goleador en dos partidos de tres te pasa factura.

Affonso ha marcado 12 goles desde que llegó a Matute. (Foto: El Comercio).
Affonso ha marcado 12 goles desde que llegó a Matute. (Foto: El Comercio).

4. Falta de material

Los equipos de Russo pueden variar de sistemas pero su idea casi siempre se sostiene sobre dos columnas: capacidad para asociarse con el esférico, y mucha intensidad y agresividad para recuperar el mismo. Con jugadores como Rinaldo Cruzado (34 años), Tomás Costa (34) y Luis Ramírez (34) en el medio sector, te alcanza para pelear en un torneo peruano en el que se juega a ritmo pausado. Pero, en la Copa y ante equipos dinámicos, no es suficiente solo con tener a Wilder Cartagena. Un viejo refrán asegura que los partidos se ganan o se pierden en el mediocampo, y ahí Alianza tuvo pocas armas, sobre todo tocaba ponerse el overol y redoblar esfuerzos para quitarle el balón al rival. Hay una incongruencia entre lo que quiere Russo para el equipo y lo que tiene para ejecutarlo.

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