A los 19 años, cuando muchos futbolistas sueñan todavía con debutar en Primera División, Federico Rodríguez ya hacía maletas para firmar por el Genoa de la liga italiana a cambio de 4,2 millones de dólares. La inexperiencia le pasó factura. No pudo consolidarse y debió probar suerte en el Bologna, Piacenza (Italia), Montevideo Wanderers, Lugano (Suiza), Boston River y Danubio antes de llegar a Alianza Lima. Un llamado de su compatriota Pablo Bengoechea lo convenció de aceptar un nuevo reto en el fútbol peruano. Y hoy el delantero se lo agradece al técnico porque en Matute ha recuperado la alegría, y sobre todo el placer por convertir goles. Con 7 tantos en el Clausura, colaboró para que los blanquiazules conquistaran el torneo que les da la posibilidad de tentar el título nacional. A ello apunta el '9′ charrúa.
-¿Cómo calificarías tu carrera?
Creo que todavía es temprano para hacer un balance. Tengo 28 años y aun no pienso en lo que venga. Vivo el día a día, soy muy feliz con mi presente. Estoy cómodo y agradecido con la vida que me brinda una nueva oportunidad de jugar en el extranjero.
-¿Qué recuerdas de tu paso por Italia?
Aprendí bastante, no solo dentro, también fuera del campo. Si bien no tuve la continuidad necesaria, compartir vestuario con tantos buenos delanteros me formaron para la vida. No es fácil competir en Europa, por eso solo algunos quedan.
-¿Quién te marcó por su forma de jugar?
Entrené con grandes delanteros en Italia, pero el que me enseñó mucho con el ejemplo fue Alberto Gilardino. Él fue campeón del mundo con Italia, pero su humildad es para destacar. Pese a que ganó tanto, sigue siendo un ser humano respetable. Y su forma de entrenar te indica el camino correcto: se brinda al máximo, como si fuese su primer entrenamiento en la Primera División del club.
-Del jugador de la Sub 20 de Uruguay que fue traspasado a Europa al delantero de Alianza, ¿cuánto cambiaste?
Crecí bastante. Tuve que madurar de golpe, me fui a Europa con solo 19 años, a un país con un idioma distinto. Italia me marcó porque me enseñó a ser responsable. No todo es patear un balón, hay aspectos que nadie juzga, vivir lejos de la familia y sin amigos es complicado. Me formé como jugador y como persona, hoy soy mucho más maduro.
-¿Te arrepientes de algo en tu carrera?
No. Si bien no hay una máquina del tiempo para volver, las cosas que hice bien y mal me han llevado a donde estoy. Estoy en un buen momento tanto en lo futbolístico como en lo personal. Soy feliz con la vida que tengo. Siempre buscando trabajar más para mostrar una mejor versión de mí.
-¿Qué te convenció para venir a Alianza Lima?
Principalmente, el llamado del profesor Bengoechea. Fue fundamental. Cuando te llama el entrenador y te muestra interés te da mucha confianza. Asimismo, el club también demostró interés, un equipo grande del país. Estoy contento y agradecido con eso.
-¿Dudaste en algún momento en aceptar la oferta?
No, para nada. Busqué información para complementar mi decisión. Quería tener una revancha con el fútbol extranjero pero tenía claro que no iba a ir a cualquier club. Alianza Lima es un grande América y lo encaré como una nueva oportunidad en mi carrera. Lo que no hice en el pasado ya quedó ahí, ahora estoy más maduro y por eso trato de aprovechar día a día.
-¿En qué lugar ubicarías a Pablo Bengoechea en tu carrera?
Es prematuro valorarlo, pero sí te aseguro que ocupará un lugar especial en mi carrera. Me ha ayudado mucho, con consejos y dándome confianza. Lo recordaré siempre porque es el primer equipo con el que salgo campeón.
-¿Cómo manejas la presión?
Más que presión lo tomo como una motivación. Eso nos obliga a ganar y así jugamos mejor. Es lindo salir a la calle y encontrar hinchas saludándote o una cancha con 30 mil personas alentándote. Es algo único. Lucharemos hasta el final por el título.
-¿Al llegar a Alianza te pusiste una meta goleadora?
No, nunca lo hice ni tampoco lo haré. Las metas individuales no me quitan el sueño, prefiero trazarme metas colectivas. Obvio que trato de hacer lo mejor que pueda para ayudar al equipo, pero nada más.
-¿Quién es tu socio ideal en Alianza Lima?
No hay uno solo, diría que el equipo en general. Tenemos bastante química en el vestuario. Los jugadores ofensivos sabemos los movimientos de cada uno. Con Felipe Rodríguez nos entendemos bastante bien, él tira buenos centros, es un gran asistidor. La celebración de los dos se debe a la fusión de Drago Ball Z, lo vimos en Flamengo y lo copiamos. Solo se da cuando él me la pasa y yo hago el gol.
-¿Te complica jugar con Adrián Balboa como doble '9′?
Nos complementamos bien con ‘Rocky’. Sé jugar en ambos esquemas, lo único que cambia es mi posicionamiento en el campo, pero no me complica para nada.
-¿Los potencia jugar en Matute?
Por supuesto. La hinchada de Alianza es fervorosa, alienta todo el partido, para nosotros es un jugador más. Desde que juego aquí, no hemos perdido en Matute. Será importante para la semifinal contra Cristal, estoy seguro que será a estadio lleno. Y así sucede en todos los campos de juego, siempre nos sentimos locales.
-¿A quién le dedicarías el título?
A mi esposa y mi hijo que están siempre conmigo en las buenas y las malas. A mi familia en Uruguay que me apoya mucho con mensajes y llamadas. También a nosotros, al plantel, los que sufrimos día a día y a la gente que siempre nos alienta.
-A esta altura de tu carrera, ¿cuál es el objetivo que te falta cumplir?
Salir campeón nacional. Es la única meta que tengo trazada por el momento, espero cumplirla.
-Por último, el próximo año jugarán la Copa Libertadores, ¿un buen desempeño en el certamen continental podría darte una chance en la selección uruguaya o no lo piensas así?
Jugar en la selección es el sueño de todos los jugadores, pero sí te digo que no estoy pensando en eso. Estoy enfocado en Alianza Lima, en salir campeón a fin de año. Puede que sea una posibilidad latente, nadie pensaba que iba a jugar en Europa, así que todo es posible, la experiencia me indica eso. Pero no me quita el sueño, ojalá pueda darse.