Marco Quilca León

Tiene razón el hincha en molestarse y alzar su voz de protesta desde las cuatro tribunas del estadio Alejandro Villanueva con cánticos en contra de esos once jugadores que viven los sagrados colores de su amado Alianza Lima, pero no lo representan como se debe. Tiene razón en despotricar si acompañó todo el año sin importar los resultados y ve en el terreno de juego de su templo a su equipo afrontar de la peor manera uno de los partidos más importantes de su historia: sin idea de juego, sin rebeldía ni coraje.