“Paolo, no te voy a mentir, en toda mi carrera, el tipo más loco que conocí fue Carlos Barrionuevo. Era un loco buena gente, un tipazo, pero también loquísimo”. Las palabras son de Jefferson Farfán en una más que entretenida conversación con Paolo Guerrero, en el famoso en vivo de Instagram que hicieron hace unos días y que tuvo una espectacular sintonía. ¿Pero quién este personaje al que la ‘Foquita’ describe de esta manera tan particular? Se trata nada menos que del argentino Carlos Barrionuevo, volante que tuvo un paso exitoso por Estudiantes de Medicina (2001), Alianza Lima (2002) y que falleció de trágica manera en agosto del 2015. Sin embargo, su pasaje por territorio nacional no solo es recordado por las virtudes futbolísticas de las que hizo gala en la cancha, sino también por los escándalos de los que fue protagonista.
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Era el 2001 y Estudiantes de Medicina, recordado club que representaba a la ciudad de Ica, buscaba reforzarse para intentar algo más que solo asegurar la permanencia en Primera División. Fue así que, con Franco Navarro como técnico, llegaron los experimentados Juan ‘Chiquito’ Flores, César Charún, John Hinostroza, Paul Cominges, Germán Carty, entre otros. Pero todavía faltaba llenar un vacío en el mediocampo. Se necesitaba un volante extranjero que imponga condiciones en la marca y que no sea ajeno a poner el balón al piso para darle claridad al equipo. Es entonces cuando salió el nombre de Carlos Barrionuevo.
El volante llegaba a Lima tras haber militado en Bahía Blanca de su país, en donde logró el ascenso a Primera. Luego se quedó un año y medio sin jugar. ¿La razón? El jugador, pese a su corta edad, ya había sido protagonista de actos de indisciplina. Vivió inicialmente en una casa que le otorgó el club argentino junto a otros futbolistas en la sede misma. En una noche de excesos y luego de celebrar con los otros muchachos en una discoteca, retornaron a su domicilio acompañados por una mujer. Tras una discusión entre la chica y Barrionuevo, dicen que este último enloqueció y la correteó con un cuchillo por todo el lugar. Una penosa situación que ya empezaba a dar dar señales del particular comportamiento del volante.
Pese ello, Estudiantes se arriesgó y lo fichó. Con el cuadro morado logró asentarse de titular y fue una de las figuras de aquella inolvidable campaña. Los iqueños pelearon palmo a palmo el título del Torneo Clausura 2001 a Cienciano, aunque finalmente se quedaron con las manos vacías en una definición de infarto en Arequipa. Por ello, a la siguiente temporada Barrionuevo fichó por Alianza Lima. Un traspaso que, más adelante, él definiría como tormentoso en lo extrafutbolístico.
“Se me hizo difícil ir sin nombre y a un equipo tan grande como Alianza. Me pusieron muchas piedras en el camino. Futbolísticamente me fue bien, porque jugué siempre de titular. No se me hizo fácil con la gente. A veces por ser argentino te discriminan, el peruano es un poco resentido. En la Sudamericana me vio Gregorio Pérez y me fui a Danubio", señaló el jugador, años después, en una entrevista para “SÍntesis Deportiva”, un programa deportivo uruguayo.
BUENAS ACTUACIONES Y GOLPES
Su paso por Alianza estuvo plagado de momentos de buen fútbol, también de actos violentos. Tanto así que Barrionuevo sería apodado como el ‘matón’ por los hinchas y un sector del periodismo. ¿Pero qué hechos propiciaron este apelativo? Se le recuerda un inolvidable planchazo descalificador al uruguayo Marco Vanzini de Nacional en el Centenario, por la Copa Sudamericana 2002.
El golpe certero fue a la altura de la ingle, lo que generó el enojo de los compañeros de la víctima, que salieron en su defensa. El experimentado Alejandro Lembo intentó separar pero Peralta logró su cometido y agredió al volante argentino, quien retrocedía sin bajar la guardia. Al final ambos se fueron expulsados.
Finalizado el juego, Vanzini declaró: “Es un criminal, fue la cuota negra en todo el partido, es inconcebible lo que hizo, y se justifica la bronca de mis compañeros”. Ese no fue el único incidente violento del que Barrionuevo fue protagonista en La Victoria. En una práctica ante el Olímpico Somos Perú, una falta intrascendente de Ronald Quinteros, hermano del ‘Pato’ Henry que jugaba en Alianza, hizo reaccionar al argentino, quien agredió al volante con patadas incluso causándole traumatismos en la cabeza y otras partes del cuerpo. El ‘Patito’ terminó en una clínica y puso una denuncia policial.
Debido a este tipo de acciones, al año siguiente retornó a Uruguay, pero para vestir los colores de Danubio (2003). Todo esto luego de una conflictiva salida del club peruano a partir de una deuda, y además de tener, según su representante, ofertas de Europa. Su imagen quedó manchada. El dirigente de la institución aliancista, Peter Ramsey, lo criticó duramente en aquel entonces ante la prensa. Además, dio a entender que sucedieron otros actos de indisciplina que habían permanecido ocultos.
“Me tiene sin cuidado las declaraciones de Barrionuevo. Acaso los dirigentes de Alianza Lima causamos destrozos en un bar de Trujillo, o acaso fuimos nosotros los que agredimos a un jugador en pleno partido de práctica o simplemente nos escapamos de los entrenamientos. Realmente Barrionuevo debe mantenerse callado, así se defendería mejor. El señor no se acuerda acaso que el club le puso hasta psicólogo para que tenga un mejor comportamiento”, indicó ofuscado el directivo blanquiazul.
Barrionuevo tampoco encontró la paz que buscaba en tierras charrúas. Se le recuerda, por ejemplo, un partido en el que intercambió insultos con su propia hinchada. No duró mucho y se fue por la puerta falsa. Después de ello, el argentino pasó sin marcar la diferencia en Ferrocarril Oeste, Gimnasia y Esgrima de San Salvador (Argentina), Peñafiel (Portugal), Celano Olimpia, Salernitana, Cisco Roma y Atlético Roma (Italia). Su carrera en clubes de categorías inferiores en Europa provocó que el jugador sea poco a poco olvidado por el periodismo.
UNA VIDA CORTA
Barrionuevo volvió a ser portada el 31 de agosto del 2015. Esta vez fue protagonista por una noticia tan sorprendente como lamentable. La Prefectura Naval Argentina encontró el cuerpo sin vida del exfutbolista. El jugador estaba desaparecido tras sufrir accidente mientras pescaba con sus amigos en el Río Paraná.
Días antes, medios argentinos aseguraron que Barrionuevo, de 37 años, había salido de pesca con unos amigos y cayó al agua sin que pudieran socorrerlo. El accidente habría ocurrido alrededor de las 4 de la madrugada de dicho día. Seis días después, el personal de Prefectura Naval de Argentina encontró el cuerpo sin vida de Barrionuevo a unos 1.500 metros de donde había desaparecido.
Barrionuevo dejó sensaciones encontradas en el hincha de Alianza y en un sector del periodismo. Futbolísticamente marcó la diferencia, de eso no queda dudas. Pero también fue un futbolista problemático y un mal ejemplo como profesional. Pese a todo, siempre será recordado con cariño en La Victoria. Cada 31 de agosto, los fanáticos conmemoran su paso por el club y le dedican emotivos homenajes en sus redes sociales. Ese era el “loco buena gente” al que se refería Jefferson Farfán en su amena charla con Paolo Guerrero.
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