Una notoria desmesura en la ilusión también revela, entre otras muchas deficiencias, una privación exagerada de la alegría. De pronto y por eso, sin querer queriendo, nuestros ídolos suelen permitirse licencias que serían condenadas en el primer mundo. Como mear en un estacionamiento público, protagonizar escándalos, denuncias y darse el lujo de jugar en un estado físico de precario. Felizmente y para nuestros cracks de barrio, el folclórico fútbol peruano resulta ideal para un resurgir emblemático en el que se celebra todo: Christian Cueva es la más grande y reciente evidencia de que Dios es peruano.
Fue al minuto 67 que Cueva se puso de pie y luego de 10 meses y 23 días el ritual de volver a entrar a la cancha se reactivó en su organismo. Brincos chiquitos, inhalación y exhalación prolongada, acomodarse la camiseta dentro del short dejando ver su calzoncillo marca Nike y subirse las medias para luego prestar atención a las directrices apresuradas del entrenador Cristian Díaz. No fue más de un minuto aunque en la cabeza de ‘Aladino’ debió ser una vida por la ansiedad y los recuerdos amontonados incidentes propios de un rockstar y no de un profesional cuya herramienta de trabajo es su cuerpo.
- Cueva en la temporada 2024
Equipo | Minutos | Goles | Asistencias |
---|---|---|---|
Selección peruana | 24 | 0 | 0 |
Cienciano | 24 | 0 | 0 |
Y entonces llegó su momento. Caminar hacia la cancha, echarse el agua de una botella, beber un par de sorbos y enjuagarse el rostro rápidamente, acomodarse el cabello y luego persignarse para trotar suavemente hasta su posición dentro del campo. Era el minuto 68 y le tomaría seis más tocar el balón por primera vez.
Puede que haya sido la altura de Cajabamba, que sobrepasa los 2.500 metros sobre el nivel del mar lo que finalmente evidenció su deterioro físico. Es cierto, más de 10 meses sin jugar no se resuelven en un partido, pero verlo en uniforme y no pensar que se encuentra por encima de su peso ideal, es difícil. Mérito o demérito entonces de Cienciano por hacerlo jugar en ese estado. Cuando ingresó a la cancha del estadio Germán Contreras Jara fue al ritmo de un silbido de la hinchada local, que sería opacado por la emoción del relator del canal de cable.
Dos minutos después de ingresar, intenta ganar una dividida y la pelota pasa sin que pueda dominarla, en parte por su falta de ritmo y en parte por una falta de su oponente. Lo curioso es que la pelota pasa y termina generando un contragolpe a favor de Cienciano que el árbitro Augusto Méndez detiene para cobrar falta a favor de los rojos. Y es entonces que el Cueva de antes vuelve: se queja, discute y reniega con el árbitro y algunos oponentes porque si el criterio era de la ley de ventaja, Cienciano podría haber quedado en situación importante de ataque.
- Mapa de calor de Cueva ante UTC
Cueva empezó jugando en el medio, como una especie de enganche, pero fueron pasando los minutos y se acomodó por el carril izquierdo. Cuando por fin hace contacto con la pelota, fabrica un pase a primer toque, pero el receptor es equivocado. Exhala como haciendo puchero y se acomoda la camiseta que parece le queda muy entallada. Luego trota, deambula suavemente por la cancha como esperando que la pelota, por inercia o por suerte, termine llegando a sus piernas. Como Messi, dirían quienes lo respaldan desde el afecto.
Su primer pase exitoso es uno que algo recuerda a sus mejores tiempos. Uno de a tres dedos con dirección al vacío para que Didier La Torre quede sin marca y expectante para el remate, pero la jugada se termina anulando por inocente posición adelantada del ecuatoriano Carlos Garcés. Al no estar bien físicamente, su magia se reparte a cuenta gotas. Cuando finalmente tiene la pelota no amaga, no pica, no desdobla, no es pícaro ni disruptivo. Solo pisa, cuida y pasa. Como las grandes estrellas que luego de algunos años vuelven al ruedo en un partido benéfico.
Sin embargo, su lucidez natural para el pase, el buen panorama y su lectura de juego aún permanecen intactas y eso le basta para marcar diferencia en nuestro medio. Más que un definidor en los últimos metros, Cueva se perfila como un asistidor o lanzador que corre poco pero piensa mucho. A semanas de cumplir 33 años y luego de una lesión difícil, además de varias temporadas alejado de la plenitud de rendimiento, a Cueva le cuesta volver.
A los 82 se adueña de la pelota parada y el tiro libre lo resuelve con un centro pasado al segundo palo, muy fino, que pudo resultar en gol. Dos minutos después, ya en confianza, domina por izquierda y se decide a incursionar hasta la línea, teniendo para eso que superar al central de 21 años Flavio Alcedo. Logra perfilarse con un amague sutil y casi al borde de la línea no le alcanzan las fuerzas para un centro adecuado.
A los 86 Didier intercepta un pase en salida de UTC y juega en pared con Garcés, que se la devuelve para una definición cruzada a la salida inútil del portero Zubczuk. Cueva vio la jugada desde la izquierda, pero fue tan rápida que no habría estado al ritmo de sus compañeros. Ya con el tiempo cumplido, sí estuvo. Esta vez es Cueva quien inicia la jugada, pared con el ingresado Aldair, que de taco asiste a Garcés para el 2-1.
Pitazo y todo Cienciano a celebrar con Christian Cueva que jugó 24 minutos, abrazos, declaraciones de amor y felicitaciones por un retorno que divide a la opinión pública, pero que desde Videna ven con buenos ojos. Aladino ha vuelto casi un año después a disputar un partido profesional por un club y lo ha hecho a pesar de la altura, de su contextura física y de lo irremediablemente falto de fútbol que se encuentra, sin rigor pero con mucho ánimo.
Luego también se llevó el protagonismo ante los medios. “Feliz de volver a hacer lo que más me gusta. Agradecido con la gente de Cusco y Cienciano. Feliz por los 3 puntos que jugamos contra un rival duro. Volver al campo cuesta un poco, pero voy por el camino de agarrar el ritmo futbolístico que quiero. Es un momento para disfrutar, hoy nos hizo falta un compañero Paolo Fuentes. Este triunfo va para él”, dijo frente al micrófono en señal en vivo. Agotado, pero feliz de volver al ruedo. A sabiendas de que en menos de un mes, si juega lo mínimo y se porta bien al máximo, seguramente desde Videna decidan convocarlo. sabe que lo siguen y lo esperan.
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