Las finales hay que pelearlas con ojo de tigre. Y cuando Alianza Lima y Cristal estaban en el golpe a golpe, apareció un ‘Rocky’ para dejar KO a las ilusiones rimenses. Adrián Balboa tuvo fuerza e inteligencia para llegar a esa última línea y, siendo un ‘9’, tuvo precisión ‘10’ para dejar a ‘Cachito’ Ramírez frente al arco cervecero. Gol de aplicación táctica. Gol de pizarra. El ‘Profesor’ Pablo Bengoechea sabe que todos los centros de estudio en el Perú están en exámenes finales. Era el día ideal para que ofrezca una clase inolvidable.
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Ese gol de Ramírez fue suficiente para que este Alianza Lima logre igualar 1-1 con Sporting Cristal en el Estadio Nacional. Con eso bastó para que los blanquiazules clasifiquen a la final del torneo frente a Binacional. No fue fácil. Necesitaron concentración para no olvidar el plan, potencia para la fricción y desgaste para estar siempre en el lugar indicado en cada ataque del Sporting.
Hubo mucha similitud con el partido jugado en Matute. Otra vez Manuel Barreto, a pesar de su juventud y de las críticas que arrastrará por esta eliminación, dejó constancia que en su carrera como entrenador su premisa siempre será proponer. Eso hizo Cristal y desde los primeros minutos (otra vez) buscó espacios y opciones de disparar al arco de Gallese. Los intentos se estrellaron frente a ese muro victoriano, cada vez más firme y rocoso. Cada vez más invulnerable.
A los peruanos nos gusta el fútbol de toque sutil, de técnica sobre la fuerza. Así volvimos a un Mundial después de 36 años con Ricardo Gareca. Sin embargo, no nos sobran referencias como para desmerecer lo que propone Bengoechea.
Su once titular ha evolucionado en el juego aéreo, ha aprendido a defender en bloque, a agruparse para la presión y en el mano a mano, al menos anoche ganó la mayoría de jugadas. El buen Pablo ha hecho una Alianza con el cero en su arco.
—La única manera—
Con Palacios algo sentido, tuvo que arrancar Christopher Olivares en Sporting Cristal. Fue una apuesta muy arriesgada por todo lo que se jugaba el cuadro del Rímac. Esa falta de recorrido alejó más al once celeste de encontrar el gol para hacer la diferencia.
A pesar del dominio en casi todo el partido, no hubo un solo disparo que haya exigido al máximo a Pedro Gallese. El gol del empate fue un autogol. La ineficacia del equipo de Barreto llevó a que solo pueda anotar de esa manera.
Festeja Alianza Lima en estos días felices de la mano de su técnico charrúa. Con un estilo cuestionado, está reeducando a los que analizamos el fútbol en este país. Hay muchos más caminos para conseguir objetivos en el fútbol. Uno es construir victorias desde una defensa sólida. Ya aprobamos esa lección, ‘Profesor’. El examen final es todo suyo.