Se enfrentaron el sábado por el Torneo Clausura de la Liga 1 Betsson y, más allá de los mapas de calor y las estadísticas, la conclusión era que solo si Joao Grimaldo encaraba por fuera tipo Oliver o Piero Quispe hacía diagonales cuchillo en el área celeste, sus equipos podían ganarlo. Grimaldo se cansó y ahí acabaron las opciones de Cristal. Quispe “se acalambró” y aunque no quiso salir, la ‘U’ iba a tropezarse con su propia mala puntería. Son, sin embargo, los dos mejores futbolistas de los dos punteros del campeonato Liga 1 Betsson -junto a Alianza-.
En esta nota, dos columnas de opinión, explicamos por qué.
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Que nadie detenga a Grimaldo
Por Pedro Canelo @pedrocaneloec
Joao Grimaldo solo necesitó 45 minutos del partido contra Brasil para confirmarnos que es un jugador inevitable. En cada escape por la banda, el atacante de Sporting Cristal quiere dejar atrás todo rastro de adversidad. Era un menor de edad cuando fue tendencia en redes sociales –ciberbullying es el término más preciso– por un gol fallado ante Uruguay en el Sudamericano Sub 17 del 2019. Y cuando comenzaba a exhibir sus credenciales de talentoso, una lesión de ligamentos lo dejó fuera varios meses en el cierre de la temporada 2022. Grimaldo, ya sano de su rodilla y lejos de los agravios, ha comenzando a acelerar el paso ante nuestros ojos. Corre porque a los 20 años es extensa la lista de urgencias. Corre porque el tiempo en el fútbol no perdona. Corre porque, aunque no lo diga, se siente imparable.
¿Por qué queremos tanto a Joao Grimaldo? El aplausómetro en el estadio Nacional, la noche de la caída ante la Canarinha, tuvo dos momentos pico: cuando nombraron a Paolo Guerrero en el once titular y cuando Grimaldo le ganó la carrera de cincuenta metros planos a Marquinhos. Si Pocho Rospigliosi regresara gracias a una máquina del tiempo, diría que Grimaldo juega “como le gusta a la gente”. Es rápido, pícaro y hace lo que tanto pedimos de un extremo: encara al rival.
Esa saludable evolución que tanto nos entusiasma de Joao –para llenar la hoja de requisitos tiene nombre brasileño– hoy se acompaña con goles: cinco en el torneo Clausura. Su contrato con Sporting Cristal vence en dos años, sin embargo, se irá mucho antes. El joven delantero tiene como representante a Raúl González, el mismo que llevó al PSV a Jefferson Farfán y a Reimond Manco. Hay experiencia suficiente para saber cuál es el camino a la gloria y cuál hacia el precipicio.
Joao Grimaldo puede correr sin pausas porque hoy gana cualquier encuesta de aceptación. Aún sin poder concretar ese remate tras blooper de Riveros ante Universitario, va camino a consagrarse como el engreído indiscutible de la barra cervecera. Grimaldo es un extremo celeste.
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Piero Quispe y lo que soñamos para su carrera
Por Miguel Villegas @prakzis
Ya no está solo. Desde hace meses, Piero Quispe es uno de los futbolista más fotografiados, explicados, radiografiados de la Liga 1. Comparte honores con Bryan Reyna -el extremo de Alianza- y Joao Grimaldo -el atacante de Cristal- y esta noche, cuando sea el enganche de la ‘U’ en el partido que define el año, tiene la enorme misión de portarse a la altura de lo que imaginamos para su carrera. No es su culpa, claro. Tiene que ver con nuestra eterna ansiedad, la obligada carencia: en cada aparición de un muchacho en Primera vemos otro Orejas, el reemplazo de Yotún, un nuevo Cueva.
Es, sin embargo, un seleccionado en construcción. Quispe es uno de los futbolistas más regulares de esta U crítica del 2023 -30 partidos, 6 goles, incluidos dos en copa, y llegó a la titularidad del club precedido de dos argumentos igual de contundentes: era el mejor ofensivo de la categoría 2001 de la Academia Héctor Chumpitaz y los elogios inéditos de Hernán Novick, en verano del 2021 -”es un crack Piero”-, curiosamente el mediocampista a quien le ganó el puesto y desde entonces, con Compagnucci y sobre todo con Fossati, nunca salió.
En la ‘U’ de hoy es un medio ofensivo libre que dos recursos que lo elevan por encima del promedio local: gambeta corta y valentía. Encima, trajín para recuperar el balón. Es ideal su sociedad con el chileno Ureña -el mejor refuerzo del año- y, sobre todo, con Edison Flores, su mentor, que esta noche será titular y clave para saber si la U puede salir campeón del Clausura o esperar impaciente a su Centenario.
𝗦𝗜𝗡 𝗣𝗘𝗥𝗗𝗘𝗥 𝗗𝗘 𝗩𝗜𝗦𝗧𝗔 𝗘𝗟 𝗢𝗕𝗝𝗘𝗧𝗜𝗩𝗢 🎯#ConLaUHastaElFinal pic.twitter.com/KdPpKivOy5
— Universitario (@Universitario) September 15, 2023
En la selección es otra exigencia. Difícil hoy definir con exactitud donde podría alternar en el equipo de Reynoso. De qué juega o mejor, dónde es más útil. La impresión es que, si en lugar de buscar un espacio de desmarque hacia adelante, regresa a su campo para llevar la pelota como Oliver, urge un cambio en sus hábitos. Y si no le añade remate al arco, es decir, potencia y sentido de oportunidad, le va a costar el triple ese gran contrato que todos soñamos para él. Para hacer los goles que ahora le salen uno cada cinco partidos, primero que nada, hay que patear. Es decir, entrenar.
Más allá de eso, y de una carrera que termina de formarse, es con quién lo hará desde el banco. Y ahí tiene una enorme ventaja. En Ate es el uruguayo Fossati, con mil partidos encima, y en Videna, Reynoso, un técnico obsesivo que le hace ver números, kilómetros, estadísticas, más que opiniones de periodistas. Todo eso que se busca hoy en la competencia internacional. Si los aprovecha, como parece, será su propia victoria.