A mitad del 2019 comenzó una nueva historia para Juan Cominges en la selección peruana. Con los chimpunes ya colgados, el exvolante de Universitario y Sporting Cristal volvió a vestir la ’Blanquirroja’ como las 15 veces que lo hizo como jugador, pero esta vez para asumir un valioso reto con el comando técnico de Ricardo Gareca: ser el coach ontológico.
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Muy serio al expresarse, Cominges dio algunos detalles de su novedosa función en la selección, la cual se complementa con el trabajo del psicólogo Giacomo Scerpella. Para ello, ’Juanchi’ nos contó desde cómo fue su transición de futbolista a coach hasta sus planes a futuro en el fútbol peruano.
Consciente de los numerosos problemas que existen y persisten en el balompié nacional, Cominges reflexionó y profundizó específicamente en el mal de la indisciplina. El coach de la ’Blanquirroja’, admirador confeso del Che Guevara, planea revolucionar el fútbol en el país y ponerle fin a todos esos problemas.
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-¿Cómo se dio esta transición de futbolista a coach? ¿Cómo decidiste ir por ese camino?
Siento que cuando decidí retirarme del fútbol estaba muy bien físicamente para jugar. Normalmente, jugaba pocos partidos al año, tenía muchas lesiones, pero en mis últimos tres años debo haber jugado el 95% de los partidos de mi equipo. Es decir, sobre el final de mi carrera pude superar todas las lesiones, entrenar fuerte y bien, pero yo ya estaba muy desgastado emocionalmente. Ese cansancio ya no me permitió ver futuro en la profesión, sino más bien alargar la agonía de mi retiro y yo nunca quise eso para mi carrera. Entonces, en esa conversación interna, me di cuenta que al fútbol le había dado todo lo que tenía. Todas las decisiones que había tomado en ese momento habían sido a favor de lo que yo creía bien para mi profesión. Yo sentía que me retiraba sin ningún pendiente dentro de mis posibilidades. No tenía nada que reprocharme.
Entonces decidí dejar de jugar y, coincidentemente, en ese verano conozco la posibilidad de entrar a hacer un proceso de coaching ontológico. Me llamó mucho la atención la formación desde el primer día, porque tenía que ver con una manera de aprender muy personal y no tan convencional de los libros o los métodos de estudio y exámenes. Más bien es una educación basada en el mundo emocional, corporalidad y con mucho trabajo personal antes de la formación en coach en sí. Me preparé, fui muy disciplinado e hice un proceso bonito e importante para mi vida, que duró tres años.
¿Cómo relacionaste el coach ontológico con el fútbol?
Desde el primer momento, pensé llevarlo al fútbol, pensé que podría ser relevante. Existe también la carrera de coach deportivo, como también la rama de psicología deportiva, pero el coach ontológico era algo más bien filosófico, metafísico, de alguna manera un poco abstracto, que venía a romper con el paradigma de la educación. El fútbol lo entiendo como un juego de mucho mundo emocional, incluso fuera de la cancha. El fútbol se vive con mucha pasión y esto nos permite revelar todas las emociones que tenemos en la mano. Entonces, a mí me parecía super interesante acompañar y mostrar la posibilidad de hacer algo diferente y transformar la realidad que hoy vivimos deportivamente.
¿Cuál es tu función como coach dentro de la selección peruana?
Estoy trabajando con el cuerpo técnico y con los jugadores, cuando están convocados y también en el proceso cuando no están aquí y estamos cerca. Yo estoy ahora a cargo solo de la selección mayor y cada uno, desde su área, estamos trabajando en todo momento.
Gareca mencionó que el hecho de que hayas sido jugador beneficiaba tu trabajo como coach de la selección. ¿Consideras que esto es cierto? ¿Te beneficia haber sido futbolista para asumir este nuevo reto?
Yo creo que es muy difícil intervenir en un mundo que no sabemos observar. Tampoco digo que necesariamente solo los que hemos sido futbolistas sabemos observar el fútbol y sus distintos contextos. También soy consciente de que todos los aprendizajes deportivos, hoy en una currícula formal, pareciera que no sirven. Creo que hay que cambiar un poco la mirada y darle valor a todos esos aprendizajes deportivos de tu carrera futbolística, que finalmente son los que sostienen los distintos aprendizajes que puedas adquirir luego.
¿Cómo complementas tu trabajo con el del psicólogo Giacomo Scerpella?
Primero, yo tengo una muy buena relación con Giacomo y eso me parece que es importante. Más allá de los marcos teóricos, nuestros propósitos personales son los de gestionar un cambio, los de querer acompañar a los deportistas y al cuerpo técnico a que aparezcan nuevas posibilidades. Siempre estamos juntos con el comando técnico y en la mayoría de los temas Giacomo y yo estamos en una comunión constante.
Se habla mucho del freno mental y falta de confianza en los futbolistas peruanos, incluso ello se justificaba como una de las razones de la ausencia en un mundial por 36 años. ¿Consideras que existe este freno de mano mental?
No sé si exista un freno mental, primero tenemos que preguntarnos a qué se refieren con eso. Un ser humano no es únicamente mental, es sobre todo emocional y una historia que responde a un país, a una patria, a una cultura. En el juego del fútbol ocurren un montón de circunstancias y existen muchas variables. El crecimiento emocional de un ser humano nunca es tangible; sus acciones son tangibles. Entonces, decir que hemos crecido emocionalmente porque hemos clasificado a un mundial, o que dejamos de crecer porque no clasificamos, me parece que resta profundidad de análisis. Para lograr un objetivo tan importante como clasificar a un mundial después de 36 años han conjugado un montón de cosas, entre ellas, una fortaleza que creo yo que tienen los futbolistas de esta selección para poder dar lo mejor de ellos.
Tras la derrota por 5-0 ante Brasil en la Copa América, ¿cómo manejaste esa situación con los jugadores en un ambiente que quizá fue muy tenso o complicado?
Yo creo que los deportistas están acostumbrados al alto rendimiento y a esas exigencias. Y tienen la capacidad de reponerse y sobreponerse muy rápido, de hecho lo pudieron demostrar. Así que en cuanto a la tensión, por algo son jugadores de la selección peruana y del más alto nivel. Personalmente, tanto yo como todos los compañeros del cuerpo técnico, siempre estuvimos trabajando para intentar dar vuelta a ese momento que no fue para nada agradable. Y se pudo, en el partido siguiente, que era muy difícil con Uruguay, pudimos volvernos a meter a la carrera en la búsqueda de la Copa América. Es un trabajo de todos, pero yo recalcaría las capacidades de los futbolistas, del cuerpo técnico encargado.
¿Tú y Giacomo qué tanto influyeron para este resurgimiento muy positivo luego de la derrota de Brasil en fase de grupos?
Yo creo que nada. O sea, no es tangible. No te podría decir que influí 1% o 100%, no tengo idea. Eso es lo interesante de trabajar aquí en la selección y lo que a mí al menos me entusiasma y agrada. No podría contabilizar, porque me estaría engañando, también a ti y crearíamos más paradigmas de decir, por ejemplo, que una charla con un coach o psicólogo, el mejor del mundo, te asegura el 45% de un resultado exitoso. Eso es mentira y yo creo que debemos romper ese paradigma. Es una conjunción de todo, evidentemente, hay un buen trabajo profesional. Por algo Giacomo es el psicólogo de la selección mayor y yo también trabajo aquí. Es el alto rendimiento y todos tienen la capacidad de hacer las cosas bien. Entonces, es un trabajo de absolutamente todos, cuando ganamos y también cuando perdemos.
¿Cómo ves a Christian Cueva ahora que va a afrontar un nuevo reto en Europa?
Yo lo veo con mucha alegría, que él pueda jugar en el fútbol europeo y tenga el deseo de seguir creciendo futbolísticamente en su carrera. Todos aquí queremos lo mejor para él, todos lo consideramos un jugador muy importante en la selección. Personalmente, quiero que le vaya muy bien, que haya aprendido lo que tenga que haber aprendido, que disfrute lo que esté haciendo y que cuando sea requerido en la selección pueda ser el jugador que es y demostrar esa capacidad y talento que él tiene al servicio de este equipo.
¿Cómo es la comunicación con Ricardo Gareca? ¿Cómo trabajas con el técnico argentino desde tu cargo como coach?
Conversamos mucho con Ricardo. Lo acompañamos a él y al cuerpo técnico, que finalmente son los que están sosteniendo las decisiones más y menos importantes en todo momento para el seleccionado. Tratamos de que todas las áreas que funcionen en la selección puedan tener una mejor comunicación y estén finalmente al servicio de unas mejores decisiones para todos.
¿Qué es lo que busca lograr la selección a través de tu función como coach?
Yo me siento parte de un comando técnico y todos buscamos seguir cuidando los resultados y la imagen de la selección. Además de generar un cambio deportivo en el Perú, que se relacione siempre nuestro sentir futbolístico, nuestros valores, y con ello tratar de construir una identidad distinta de ser futbolista en el país. Ese por lo menos es el propósito de este comando técnico y yo soy un aporte a eso.
Desde tu perspectiva, ¿jugadores con indisciplina podrían tener una oportunidad en la selección? ¿Se podría trabajar con ellos?
Si el propósito es continuar fortaleciendo la imagen de la selección, respetar nuestro sentir futbolístico, construir una nueva cultura deportiva en el fútbol peruano, yo creo que las convocatorias van a pasar por la coherencia de ese discurso. Entonces, considero que los futbolistas que el cuerpo técnico sienta que pueda estar para esto que buscamos como proyecto, van a ser convocados. La selección peruana es un lugar de privilegio, que hay que cuidar mucho.
Para terminar o al menos reducir estos problemas de indisciplina, ¿crees que contar con un coach es necesario para cada club del fútbol peruano?
Yo creo que es una pregunta interesante para pensarla. ¿Qué quieres hacer de tu club? ¿Cuál es el propósito de la institución y hacia dónde apuntan? Más allá del coach, puede ser cualquier otra función, me parece que es necesario un equilibrio entre lo colectivo y lo individual. Considero que las personas tienen nombre propio y, más allá del rol, es quién está detrás de este rol.
La indisciplina es un factor, pero detrás de la indisciplina hay muchas cosas más. Me parece que estamos muy acostumbrados a tener respuesta a todo, y poco acostumbrados a preguntarnos más a profundidad las cosas. Yo siento que detrás de todo hay un problema social muy grande y que se ve reflejado en el contexto educativo y de formación como el deporte, donde hay instituciones muy débiles. Existe un montón de variables y círculos viciosos que aún no se rompen. Entonces, es mucho más sencillo tachar al jugador indisciplinado y dejar de mirar la problemática de fondo. Me parece que es momento y ojalá que se pueda mirar la problemática de fondo.
¿Cómo ha sido y es el trabajo de coach y del psicólogo en medio de esta pandemia?
Le hemos sacado bastante provecho a las videollamadas. Hemos trabajado mucho, hemos estado muy cerca de los jugadores, hemos tenido muchas conversaciones interesantes dentro del cuerpo técnico también. Yo rescato de este equipo la posibilidad de, estando bien, querer estar mejor. Muy pocas personas, estando bien, tienen la capacidad de generarse un autoliderazgo, de decir ¿qué puedo mejorar para ponerlo al servicio de mi deseo y mis sueños? Esos análisis se dan en la confianza de las conversaciones que se van teniendo. En ese caminar estamos.
¿Cómo definirías todo este tiempo que te ha tocado estar en la selección desde tu debut en la Copa América 2019 hasta ahora?
Lo definiría como que estamos sembrando futuro, preparándonos para lo que se viene. Yo considero que el fútbol peruano necesita una transformación cultural y deportiva. En eso intervenimos desde los periodistas hasta los directivos, futbolistas y todos.
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¿Qué virtudes has encontrado en este tiempo?
Yo he encontrado como virtudes las ganas de querer trascender, el amor por la profesión, el compromiso, el disfrute cuando estamos todos juntos, la confianza que nos genera vincularnos con la pelota, la creatividad, el talento, la confianza, la resiliencia, la franqueza con las que nos hablamos. Todo eso lo veo como fortaleza de esta selección
¿Y qué debilidades o defectos has encontrado en esta selección?
No me gustaría hablar de eso. Me parece que no corresponde decirlo hacia afuera. Yo creo que una persona que quiere lograr algo siempre tiene que mirar las cosas que no está haciendo bien para poder intentar cambiarlo. Nosotros no somos ajenos a esa lógica.
¿Qué planes a futuro tienes dentro del fútbol peruano?
En realidad me gustaría que podamos ser más los exfutbolistas que lleguen al deporte como directivos, periodistas, gestores deportivos, representantes, entrenadores, y que podamos mirar a profundidad los problemas que hoy tenemos para intentar cambiarlos en otra cosa. Personalmente, no sé si seguiré siendo coach o en algún momento ocuparé otro lugar dentro de un organigrama deportivo, pero en el fondo mi deseo es articular espacios para que aparezca una transformación colectiva en el deporte.
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