Juan Manuel Vargas: "Fui poco profesional muchas veces, lo sé"
Juan Manuel Vargas: "Fui poco profesional muchas veces, lo sé"
Miguel Villegas

El primer que conocimos era flaco, vivía en Magdalena y le decíamos Loquito. El último, este que acaba de recibir a El Comercio en Campo Mar, extraña esos inolvidables días del 2004. O los ve, con nostalgia. Han pasado 13 años. Se fue a Argentina, a Italia, a España, y aunque de su carrera solo tiene una real explicación él, ha vuelto básicamente por sus afectos. O sus revanchas. Para volver a ser flaco, pasear por Magdalena y que la gente lo llame Loquito. Como antes. Vargas a los 33 años dice el fútbol no ha terminado.

-Que El Comercio venga a entrevistarme es una prueba, dice.

► 

Lo primero que dicen en la 'U' cuando uno llega es que Vargas entrena como si fuera el último día de su vida. ¿Por qué?
Cuando uno llega a los 30 trata de estar con el mejor físico. Yo lo he entendido, aunque no me crean. Sino, los chiquillos lo pasan a uno y no puede ser así. Aquí he venido a jugar y a demostrar. Yo tengo paciencia.

¿Y vas a jugar mañana el clásico?
Estoy en eso. No quiero arriesgar.

¿Confías más en tu cuerpo o en lo que opinan los médicos?
A esta edad confío más en mí. Y hoy el cuerpo me dice que estoy resentido. Mañana veré como piso y eso (N.deR.: Tiene un problema muscular). Estos partidos no se pueden jugar a media caña. Con Alianza juegas 100% o no juegas. Mejor no.

¿Piensas más allá de junio, cuando acaba tu contrato?
No mucho. Pero sí, tengo la sensación de que me quedo. Pero no sé: lo mío es el día a día. Hoy te puedo decir que estamos muy bien en el club. De lo que pase luego solo sabe Papá lindo. Antes vivía el día a día al extremo, hoy ya no.

¿Qué Vargas queda del muchacho que debutó en 2002 y al que decían Chucky?
Él mismo que empezó, soy el mismo. Quizá en una edad más madura, tengo 5 hijos, ya crecieron. Las locuras bajan. Trato de que mi cambio sea en el aspecto de padre. Luego, soy el mismo. La gente que me conoce sabe que siempre fui igual. Ya no puedes hacer cosas que quizá antes sí; tengo que ser ejemplo. Eso sí, camino por Magdalena sin zapatos y no tengo problema. Me llaman: "Loquito, ven a comer a mi casa". Y yo voy.

¿Quién te convenció de volver? ¿Fue Carranza o tu familia?
Yo. Siempre la última palabra es mía. Ni lo pensé, al verdad. Como hincha, fuera del tema económico, lo único que quería en ese momento era volver a la 'U'. Cuando salí e hice mi historia afuera, siempre pensé: tengo que volver al club, quiero salir campeón. Quiero estar en casa para volver a empezar.

¿Coincides con que estás en deuda con los hinchas, después de 4 meses?
No lo sé, quizá sí. Estábamos en la Libertadores. Hicimos un par de partidos buenos, pero al que viene de afuera le exigen más, y nos caímos. Tuvimos un bajón. Pero sí tengo que confesar que venía de no jugar seis meses, eso sí influyó. Esta etapa va a ser diferente. Estoy con más entrenamientos, más físico. Ahora solo tengo que demostrarlo.

¿Qué te ha pedido Troglio que no hacías con el anterior comando técnico?
Yo no me olvidé de jugar. Por mi estado, fuera de ritmo, estuve mal. Yo quiero estar 100%. Y jugar. Si no juego, no me voy a poner bien. Hasta el momento, soy lateral para el técnico.

Trece años después, eres otra vez el lateral izquierdo de la 'U'. Es casi un dejavú.
Para mí hubiera sido muy fácil decir: juego en mi puesto o no juego,  que venga otro. Pero quise apoyar siempre, en lo que mejor pudiera. El comando técnico anterior me pidió jugar ahí y ya. No puede sobresalir como todos pensaban, eso es verdad.

SUS DEUDAS

¿Cuál es la mentira más grande que han publicado de ti los medios?
Pasa que con los diarios... No me molesta nada, eh. Si hubiera sido más jodido, los denunciaba. A mí lo que me importa es lo que mi familia sepa y lo que yo sé. Soy una persona pública, sí; donde vas siempre  hay un malintencionado con una cámara. En Europa, te tomas una cerveza o un copa de vino y no pasa nada. Claro, sabes cuándo y dónde hacerlo. No te voy a decir que no me gusta, pero a mí no me importa lo que digan. Yo puedo hacer lo que yo quiera, cuándo y en qué momento.

¿Te equivocaste en no aclarar alguna cosa en su momento?
Este es un país en el que el morbo le gusta mucho a la gente. Eso no va a cambiar. Los medios exageran, es el Perú. Yo jamás fui maleducado con la prensa, siempre fui así. Tu me conoces, soy chacotero. Acepto la opinión, pero no acepto la mentira. Eso sí, a los 22 no me importó, a los 33 menos. Que hablen nomás.

¿Reconocerías que cometiste errores en tu carrera?
Yo tuve errores, claro. Yo he sido poco profesional muchas veces y sé qué hice mal. Cuando eso me pasó, hubo momentos en los que no me importaba nada. Cuando murió mi abuela o mi abuelo, yo sentía que no los había disfrutado. En un partido antes con Bolivia, le dio un infarto a mi abuela y así jugué. Cuando falleció mi abuelo estaba concentrado para jugar contra Brasil. Eso me chocó. Quería gritar, quería romper todo; es gente que amé tanto... el fútbol es mi vida pero también me quitó el tiempo con ellos. Y me dejé llevar, sí. Después pensaba y decía: ‘No, tengo que ser más profesional’. Esa es la verdad que los demás no saben. Y lo digo ahora porque tengo 33 años y no me importa lo que digan los demás, solo mi entorno. Eso me pasó, crecí y punto.

¿Hacías honor al apodo de Loco?
Sí, es verdad.

LEE TAMBIÉN

Contenido sugerido

Contenido GEC