“Lo único que te voy a decir y que lo entienda bien toda la gente de fútbol, que de UCI salís, pero del cementerio no, porque estás muerto. Y al fútbol peruano lo mataron”. | Noticias Liga 1 Betsson
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La frase le pertenece al empresario Paco Casal y se la dijo a Luis Carrillo Pinto, uno de los pocos periodistas que ha podido conversar con él desde que estalló la guerra por los derechos de televisión del campeonato local. Hace pocos días, una nueva medida cautelar suspendió los contratos del Consorcio del Fútbol Peruano con Alianza Lima, Melgar, Cienciano y Binacional lo que, en otras palabras, significa una victoria para el bando que representan la Federación Peruana de Fútbol y 1190 Sports.
Sin embargo, esta victoria podría ser pírrica.
Cuentan quienes conocen al empresario uruguayo que este ya no alberga el menor interés en continuar esta guerrita de medidas cautelares con la federación. Estaría harto de quienes consideraría “lo traicionaron”, a pesar de la ayuda que les brindó cuando el dinero escaseaba durante la pandemia. Su próximo paso sería el que se advirtió al inicio de este conflicto: activar la cláusula de derecho de preferencia establecida en los contratos, el cual 11 clubes ignoraron al firmar con 1190. ¿Y eso qué significa? Que cada acuerdo será sometido a un arbitraje y de ganarlo, las penalidades pueden ser tan altas que quizás en un año, o un poco menos, Casal vuelva a reunirse con Agustín Lozano, ya no solo como un empresario que busca los derechos de televisión de un torneo de fútbol, sino convertido en propietario de la mayoría de clubes de la primera división del país. Una suerte de Casal FBC.
Así de dramática puede ser la conclusión de esta telenovela.
Los clubes que no violaron ese acuerdo (los cuatro ya mencionados) y los que mantienen vínculo con el charrúa (Universitario, Municipal, Sport Boys y Mannucci) no estarían incluidos en este proceso.
Paralelamente, según señalaron diversas fuentes, Casal iniciaría un proceso judicial a 1190 y la Federación Peruana de Fútbol en Estados Unidos, en donde también exigirá un monto millonario como indemnización.
En cuanto al negocio, este seguiría sin cuajar porque la demanda de suscripciones es insuficiente y el crecimiento de la piratería un dolor de cabeza sin remedio. La presencia de un nuevo operador para las transmisiones de los partidos no parece que vaya a cambiar este panorama.
Luego de la batalla de Ásculo, en el siglo III A.C., un oficial se le acercó al rey Pirro para felicitarlo por su victoria sobre los romanos. El monarca de Epiro, con la vista sobre el campo de batalla donde yacían los cadáveres de 6,000 enemigos y 3,500 de los suyos, solo atinó a responderle: “Otra victoria como esta y estamos perdidos”.
La historia, tal parece, se repetirá otra vez.
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