“Los niños barras bravas”. Con esa idea de titular, entre apocalíptico y explícito, un programa dominical de las mañanas realizó un reportaje sobre lo que es una verdad hace meses: todos los barrios de la periferia de Lima tienen una barra que dejan la puerta abierta para adoctrinar niños y adolescentes
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Hace dos sábados, el fútbol peruano se volvió a teñir de sangre, puesto que dos menores de edad recibieron impacto de bala por parte de delincuentes que “defendían” su hinchaje por Universitario de Deportes y esto ha ocasionado que el Gobierno se involucre y tome medidas -que algunos consideran populistas- y que realmente no soluciona ese problema. En primera instancia, el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola, anunció que los clubes Universitario de Deportes y Alianza Lima disputarán sus próximos partidos en condición de local para la Liga 1 con sus principales tribunas populares cerradas, tras los hechos suscitados en el distrito de Santa Anita que resultó con cuatro personas heridas.
Sumado a ello, en una sala de cine en el populoso distrito de San Juan de Miraflores, unos hinchas de Universitario tras finalizar de proyectarse el documental “Iluminados” en Cineplanet, prendieron una antorcha de fuego, generando que luego la cadena de cine desista proyectar más este trabajo audiovisual del elenco crema.
Por ello, El Comercio habló con el sociólogo Carlos Bejarano y el psicólogo deportivo Mario Reyes Bossio para que analice este panorama, dos días de una nueva masacre callejera: un joven barrista de Universitario desmayado por una turba de adolescentes supuestamente hinchas de Alianza Lima, camino a Ate.
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Dos preguntas: ¿Cómo definir este fenómeno en tiempos de redes sociales? Y ¿Cómo hacerle frente?
Carlos Bejarano - Sociólogo y Comunicador.
“Yo creo que el Perú vive un problema de violencia estructural e histórico, creo que estas medidas tratan de solucionar el problema estructural de manera rápida, algo que es imposible; sin embargo, creo que es una llamada de alerta para decir si la próxima ocurre algo se suspende los partidos o se juegan sin gente, pero no sé qué tan efectiva puede ser, ya que es una llamada de atención a los hinchas, pero no sé qué tan efectiva puede ser porque ya ocurrió antes. No es el primer caso de violencia en el fútbol, ya que hubo muertos y nos hemos escandalizado por eso, pero al final terminó en lo mismo que estamos ahora. Creo que el problema es más grave y se necesitan soluciones más orgánicas que tienen que ver con diferentes instancias de la vida como el Ministerio del Interior y expertos sociales, como pasó en Inglaterra. Lo que no entiendo es qué tiene que ver Alianza Lima en este tema porque le suspenden su tribuna y ese es otro tema”.
“El gobierno le está diciendo a los hinchas pórtense bien o se toman otras medidas, pero no creo que se solucione el problema, el Perú es un país con mucha violencia y el fútbol es un mecanismo de escape a esa violencia, pero no es el lugar donde comienza o termina la violencia, toda la ciudad está violenta”, sentenció.
Mario Reyes Bossio - Psicólogo deportivo e investigador de la UPC
“Primero se debe condenar todo acto de violencia, venga de donde venga, nuevamente no podemos seguir viviendo en zozobra ante lo que es un espectáculo deportivo que debería ser un tema de índole familiar y diversión. Es lamentable que nuevamente se torne en el nombre de dos instituciones deportivas como los sucesos desencadenantes de la violencia. Ese suceso nos lleva a algo mayor que es un fenómeno que involucra a múltiples actores y su abordaje debe ser multicausal, que implique a los barristas, la comunidad académica, política, policial, clubes deportivos, localidad, regiones y todo. El gobierno, junto a las instituciones privadas y públicas, debe involucrarse en el trabajo contra esta problemática.
“Al ser un fenómeno que involucra tantos aspectos multicausales, se debe también analizar desde la investigación científica que es el punto de vista de cómo analizar los fenómenos sociales y nos permite ir más allá de la violencia. Acá analiza la razón del motivo para hacer acto de violencia y ya hay investigaciones en otros países sudamericanos donde se hacen trabajos para conocer desde las mismas barras el origen y así evidenciamos todo ello. Eso implica que la toma de decisiones para la mejora del trabajo de intervención, pero yo recalco que el trabajo preventivo debe ser tomado desde diferentes sectores y eso no solamente incluye la violencia, ya que se debe ver temas mayores. Si una decisión de solamente cerrar un sector norte o sur y manifestar que desde esos lugares viene la violencia, estamos desde mi punto de vista tomando acciones no adecuadas sobre ir al punto central que es la violencia, porque ahí damos un aspecto de discriminación, ya que todos los que van a norte o sur son violentos o delincuentes, eso es lo que queremos impulsar. Eso también lo llevó a los partidos de selección, quienes van a esas tribunas son delincuentes, ese es el mensaje que queremos dar”.
“Más allá de las acciones que estén tomando en este momento, que considero que si son acciones que vienen tomadas de una manera razonada del ente principal que es el Estado para poder aliar los aspectos mencionados, serán bienvenidos y se tendrá que acatar. Pero el tema no acaba ahí en una acción inmediata, sino que no solo es deportivo, es cultural, político, social y son muchos factores que se involucran. Este tiene que ser un trabajo interdisciplinario y multidisciplinario para tomar acciones preventivas y todo ello se puede lograr con políticas públicas donde se involucren temas de violencia, bullying, discriminación de género y otros temas más. Acá se debe educar desde los colegios, el IPD tiene un área de capacitación e involucrar temas de violencia que es muy importante. También deben ir a las barras organizadas y ver ¿cuál es su plan de trabajo? ¿Cuál es su plan de vida? ¿Cuáles son esas motivaciones y valores que lo llevan a ser lo que son? Luego, bajo estas preguntas, involucrar a los clubes para poder participar en obras sociales y resaltar la identidad y no delincuencia”.
El tema va más allá de una simple medida -cerrar tribunas de estadios, no dejar entrar banderolas a la fiesta del fútbol- y se debe ver qué está sucediendo detrás de esa problemática. En otras palabras, conocer a profundidad a los nuevos jóvenes. Inteligencia para entenderlos. Sin eso, todo es pirotecnia, cortinas de humo.
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