“Con mi restaurante gano más que en el fútbol”, responde Luis ‘Cuto’ Guadalupe. Ni como técnico, ni como dirigente. Hoy se está jugando nuevas finales en esa difícil cancha llamada reinvención. Cuando su restaurante ‘Cuto 16’ vivía sus mejores momentos luego de tres años de inauguración, llegó este huracán letal llamado Covid-19. La pandemia arrasó con millones de ilusiones, pero el ex defensor de Universitario recordó que sus mejores encuentros los jugó bajo presión. Se reunió con su hermana y socia para decidir que el modelo de negocio iba a cambiar. ‘Cuto 16’ pasó de ser un restaurante de casa familiar a un servicio de delivery con entrega personalizada. Guadalupe dice que sus mejores aliados para recuperar el terreno perdido son las redes sociales. El marketing es él. El eslogan de su negocio es la misma arenga que usó en el 2010 con la camiseta del León de Huánuco: “tengo hambre”.
CONTENIDO PARA SUSCRIPTORES: Libertadores: ¿cuáles son las condiciones con la que Alianza Lima y Binacional afrontan el torneo?
“Esa frase la grité antes de un partido con Aurich, ya estábamos cerca de firmar nuestro pase a la final con la San Martín. Les dije eso a mis guerreros (sus compañeros de equipo) porque nuestro técnico, Franco Navarro, nos daba muy buenas charlas técnicas donde decía que nunca debemos perder el hambre de gloria. No vi que me estaban grabando. Yo ya estaba en trance antes del partido”, me responde el ex zaguero. En esta nueva normalidad, todos pasamos mucho tiempo navegando por Internet o revisando novedades en redes sociales. Es un espacio ideal para los contenidos virales. Y para Guadalupe esa fue una buena noticia.
“De pronto vi como, por ejemplo, Lucho Advíncula hacía un Tik Tok con mi frase sobre la fe después de la final con Alianza Lima. Y después mucha gente hizo eso, con mi frase de ‘tengo hambre’ o cuando dije que hice la jugada de Ronaldinho. Han sido un éxito. Hace poco me contrataron para grabar una publicidad con mis frases y un chico que trabaja en marketing me dijo que las tengo que patentar. Estoy investigando cómo hacerlo”, explica ‘Cuto’, quien en esta entrevista no le gambetea -como Dinho- a ninguno de los temas. Sí, también se refiere al difícil momento administrativo que pasa Universitario de Deportes.
-¿Cómo llegó la idea de emprender un negocio vinculado a la gastronomía?
Esta idea de negocio comenzó con mi paso por “ El Gran Show”. Ese programa familiar me abrió otras puertas y ayudó a que pueda iniciar este emprendimiento. Lo venía hablando mucho tiempo, pero recién se pudo dar. Me asocié con mi hermana y abrimos el restaurante que se llama “Cuto 16” porque así me conoce la gente, 16 era el número de mi camiseta en la U. En el diseño del logo usé una pelota y cuatro estrellas, que son los títulos nacionales que he obtenido. Ya tenemos tres años, nos ha ido bastante bien, nos ubicamos en la casa que le regalé a mi madre cuando estaba en la U. Decoré el local con muchos regalos de deportistas, el 18 de marzo cumplíamos un año y nos llegó esto de la pandemia.
-¿Tardaste mucho en decidir variar tu modelo de negocio hacia uno más vinculado al delivery?
A mí siempre me ha gustado marketearme, siempre me ha gustado “vender mi humo”. Siempre me gustó hacer cosas diferentes al resto. Con el restaurante pasamos meses muy difíciles, en los que no pudimos trabajar. Menos mal que no pagamos alquiler, pero hemos tenido que replantear todo. Surgió la idea de hacer un delivery familiar y personalizado. El tema pasa por cómo se lleva con la gente, yo siempre he sido servicial y he querido tener un contacto real con la gente. Todo esto lo hago con mucha humildad y mucha fe, vengo de una familia muy católica y muy devota. El sello de mi marca Cuto y las frases han ayudado mucho, sobre todo este año me he percatado de una acogida especial. Este ha sido un año de reaparición y de darme cuenta que la gente me quiere y que se divierte conmigo. Mis frases han sido históricas, la mayoría fueron espontáneas y quedaron allí. Se ha revivido mi archivo y le doy gracias a Dios, son cosas positivas y la gente se divierte en estos días duros.
-¿Sientes que sigues vigente?
En el tema de publicidad me siguen buscando varias marcas y con los periodistas también siempre tengo una afinidad especial. ¿Qué no he hecho yo? He hecho pasarela, he modelado ropa interior, siempre me ha gustado hacer cosas diferentes. Y eso es lo que me ha servido para no perder contacto con la gente.
-¿Quién es el de la sazón en tu familia?
Nosotros somos de puerto, de Tambo de Mora, Chincha. Mi abuela fue la primera en tener buena sazón, mi mamá también, mis hermanas también cocinan muy rico, mis hermanos también. Yo más que nada empecé a cocinar cuando jugaba en Europa y no quería comer hamburguesas todos los días. La especialidad de “Cuto 16” es la carapulcra con sopa seca, el mancha-pecho, y también la comida marina porque mi restaurante está en el Callao, en el puerto. Nuestro sello también es servir bien “taipá” y con una sazón de casa. Los precios son cómodos, en su momento me tocaba compartir fotos y vivencias con los clientes, y ya nos hemos expandido a muchos lugares.
-¿Tu hermana Charo -la mamá de Jefferson- también era de cocinar rico?
Claro, mi hermana también cocinaba muy bien.
-¿Y nunca les nació con Jefferson emprender algo juntos alguna vez?
No, a mí recién se me ocurrió en el 2016 comenzar con esto, gracias al Gran Show que llegaba a tantos hogares. Pero tampoco es un tema que haya aparecido tanto en la familia.
-¿Es cierto que sigues muy distanciado a tu sobrino Jefferson Farfán?
En situaciones como esa, yo no esquivo los temas, me gusta dejar todo claro. Si algo no me gusta, lo digo, no porque no he salido en la película o porque no me ayuda económicamente. Se filtraron muchas cosas, yo no me hablo con mi sobrino por un tema netamente familiar. Solo eso.
-¿Es una situación irreconciliable?
Yo tengo 44 años y tengo mucha admiración por mi sobrino. La familia lo va a admirar siempre. Desde mi lado siempre estará esa posibilidad. Han pasado cinco años sin que hablemos, ya el tiempo dirá.
-¿Por qué estás tan alejado del fútbol profesional?
Me propusieron hacer academias, pero yo quería tener un proyecto más serio. El tema del fútbol en el Perú está muy contaminado, no me seduce para nada el fútbol peruano. Tanta corrupción te aleja. Yo siempre he peleado contra esas cosas. Hay problemas de logística, el fútbol de menores no ha evolucionado, no es posible que no haya sucesores para futbolistas que están al final de su carrera. En el Perú hay mucho talento, pero les cobran a los chicos en divisiones menores, hay muchas cosas oscuras. Yo no estoy para rogarle a nadie, donde yo fui hice historia. Hoy solo tienen trabajo los que siguen involucrados en el sistema. Prefiero estar tranquilo haciendo mis cosas. Yo te pregunto ¿por qué Julio César Uribe con todos los conocimientos que tiene no le dan la posibilidad de trabajar? ¿Por qué no dirige en Cristal por ejemplo? Imagínate, yo no voy a estar renegando con un dirigente informal, que no valore a los futbolistas o que no respete los procesos. Quizá me involucre de nuevo cuando las cosas cambien en el fútbol peruano, en la federación, cuando veas que los chicos salen desde menores.
-¿Se paga muy poco en el fútbol peruano?
Sí, no respetan a los jugadores. Yo he jugado en Segunda y he visto que muchos clubes hacen dobles contratos, los empresarios les cobran demás a los chicos. Es toda una mafia que tiene que cambiar. El fútbol peruano está contaminado. Es como si viniera un dirigente de un club para que yo pueda manejar la parte deportiva. Allí yo le preguntaría primero si me va a dejar trabajar y también quién me va a respaldar. En el fútbol peruano pierdes un partido y chau, hay colegas que hablan mal de otros. Eso es lo primero que debe cambiar, debemos cuidarnos entre nosotros.
-¿Eras mucho de “guapear” a los indisciplinados?
Con mis guerreros yo nunca he sido abusivo a pesar de mi metro 96 de estatura. Yo siempre he sido de hablar, eso lo aprendí de otros líderes como el ‘Puma’, Óscar Ibáñez. Uno no sabe por qué cosas han pasado esos chicos antes, hay que acompañarlos, no los podemos dejar solos. Hay que trabajar con ellos, que los ayude un psicólogo o un profesional.
-¿Tuviste psicólogo deportivo mucho tiempo?
Por supuesto, sobre todo en mis inicios porque era un loco calato, tenía una forma de ser muy impulsiva y agresiva. Y poco a poco tuve que trabajar eso. Si un chico se equivoca y lo dejas solo, es el fin. No sabes qué entorno tienen estos chicos, que te festejan todo, en vez de ayudarte te perjudican.
-¿Decidieron ponerte ayuda profesional después del Clásico cuando Alex Rossi te sacó cargado de la cancha?
Fue desde antes incluso. Me ayudó mucho eso y también la base familiar que nunca debe faltar. No todos tenemos los mismos valores, nadie sabe lo de nadie. Y también para eso es bueno que los clubes tengan líderes.
-¿En verdad habías visto mucho a Ronaldinho y emulaste una de sus jugadas?
Yo más seguidor fui de Julio César Uribe y él hacía esas jugadas. Lo que dije sobre Ronaldinho fue más un ingenio del barrio. Uno siempre dice esas cosas, también mucha gente dice “te hice la de Zidane”, es algo más algo que se comenta entre amigos. La gente se ha pegado a mis frases, el otro día vi a un policía con su megáfono diciendo “no sean soberbios”. Un día también dije que me iba a comer mi carapulcra con sopa seca y ahora tengo un restaurante. Por eso yo tengo tanta fe, siento que todo tiene un por qué.
-¿Te molestó mucho que dijeran que te vendieron a Bélgica con un video de Esidio?
Mira, el que se pica pierde en esto del fútbol. Yo me acuerdo bien cómo se dio eso, cierta persona por no asumir la responsabilidad del dinero de mi traspaso dijo una frase de ese tipo. Allí comenzó esa historia. ¿Cómo los europeos van a comprar a un jugador conocido de selección con un video del goleador del torneo peruano? Es imposible pues, es totalmente falso.
-¿Cómo sientes hoy el presente de la U?
Es un tema bien delicado y complicado. Es un tema de David y Goliat. Hay temas como te digo, de corrupción. En algún momento todo va a salir a la luz. Te llenas de impotencia, de nostalgia por cómo maltratan a la institución más grande del Perú. Todas las administraciones que han estado en la U se tiran la pelota, dicen que deben o que no deben, ninguna ha hecho absolutamente nada por la institución. Los que estamos afuera podemos hacer muy poco, pero queremos dar la vida por este club. Con el ‘Puma’ Carranza, último gran ídolo del club, hemos hecho una asociación de ex futbolistas para intentar ayudar a través de una ONG y ayudar a ex jugadores que necesiten ayuda. Hay otras iniciativas también que están ayudando. Yo le pediría al gobierne que ayude al equipo, porque todo esto me huele mal. Espero que no sucede lo que todos estamos pensando.
-¿Te refieres a lo que puede hacer uno de sus acreedores?
Yo creo que Gremco quiere liquidar a la U, vender Campo Mar y el Monumental. Veo esa intención en esa gente, es un tema netamente de dinero. Nos toca estar alertas y ya se está ventilando lo que está sucediendo. Si pasa lo que no esperamos, van a haber problemas.
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