Luis Suárez le dice adiós al Mundial y hasta luego al fútbol. Se retira, a la fuerza, por cuatro meses de las canchas por una mordida tan denostada como defendida. Como le pasó a otros cracks, que recibieron sanciones terribles para sus faltas salvajes.
1. LA PATADA DE KUNG-FU
Un día Eric Cantona se convirtió en el diablo al que combatía en un comercial de una marca de ropa deportiva. Era el 25 de enero de 1995 y el delantero francés del Manchester United fue expulsado por patear al arquero del Crystal Palace. Cuando se dirigía a las duchas, Matthew Simmons, un inglés de 20 años, bajó varias filas de asientos para verlo al borde del campo y le soltó una frase que desencadenó la reacción.
“Vuélvete a Francia con tu p... madre, bastardo”. Cantona lo miró como quien calcula los pasos para patear un penal y le lanzó una patada voladora que años después ha calificado como su mejor momento en los terrenos de juego.
El rey francés acabó siendo aún más brutal luego de recibir su sanción: dos semanas de cárcel que conmutó por 120 horas de trabajo comunitario y ocho meses fuera de las canchas de juego, amén de 20 mil libras esterlinas de multa. En una conferencia de prensa, un sarcástico y enfadado Cantoná acabó pidiendo perdón "al Manchester United, a mis compañeros de equipo, a los fans, a la Federación… y también quiero disculparme con la prostituta que compartió mi cama la tarde pasada”. El joven tampoco se libró de la condena: perdió su trabajo, recibió amenazas y parte de su familia lo repudió.
2. EL PISOTÓN A MATTHÄUS
Juanito tiene un nombre entrañable que los hinchas del Bernabéu todavía veneran. Aún años después de su muerte, la gradería canta el "Juanito maravilla" en el minuto siete de los partidos. Pero pese a ello todos aún recuerdan que aquel polémico torero disfrazado de futbolista dio su peor estocada a un pequeño pero potente toro alemán llamado Lothar Matthäus en la semifinal de lo que entonces era la Copa de Europa.
Fue en Múnich, el 8 de abril de 1987, cuando el malagueño pisó la espalda y luego la cabeza del muniqués en un acto del que se arrepintió de inmediato. El pesar no vale: su sanción fue de cinco años alejado de los torneos europeos.
Las disculpas, además de públicas, también fueron en privado: Juanito, quien fallecería muchos años después en un accidente de tránsito, invitó al crack alemán a su casa de Fuengirola, donde le regaló un capote y un estoque.
Al Madrid el castigo le costó unos 180 millones: tuvo que jugar dos partidos de competiciones europeas sin público, sin derechos de transmisión por televisión o radio.
3. EL CARNICERO DE BILBAO
"Sentí el golpe, oí el ruido, como de una madera que se rompía". El 24 de setiembre de 1983, Diego Maradona era el crack que todos amaban. Aún no lo habían consumido las drogas y las patadas. Hasta que se cruzó con Andoni Goikoetxea, que le quebró el tobillo con una entrada criminal.
Maradona había empezado el día en un hospital visitando a un niño enfermo que le advirtió lo que venía. Cuenta Diego en su biografía que el pequeño le dijo "Diego, ¡cuídate, por favor, que ahora van a por ti!". La noche la terminó en otro centro médico. Hoy sería roja directa, quizás pena de muerte futbolera como a Suárez. En aquel entonces, solo hubo una tarjeta color amarillo pálido en el aire.
Esa patada no solo le valió su apodo Goikoetxea: el carnicero de Bilbao, que un año antes había cobrado la pierna de Schuster como presa, recibió --de oficio-- 18 partidos de sanción. El castigo se comunicó días después y tuvo chance para "despedirse" del equipo en un partido ante Lech Poznan donde vistió las mismas zapatillas con las que rompió al 'Diez'. Luego las guardó. Para siempre.