A metros de la esquina de la avenida Aviación con Canadá, sede de la FPF, se vive en un país aparte. El público de a pie cree que Manuel Burga ha caído y casi un centenar de periodistas, conforme pasan los minutos, se convencen de que esto todavía está lejos de suceder.
Los hinchas han llegado con pancartas, se vende comida y los canales de TV han levantado torres metálicas para sus despachos por microondas. Pero los protagonistas están ausentes y, al parecer, se resisten a aparecer. Los miembros de la Asamblea de Bases (25 Departamentales y 12 clubes profesionales hábiles) estaban citados para mediodía y no han llegado a votar.
Freddy Ames llegó en una camioneta que manejaba su miembro de lista Jorge Villacorta y manifestó que "era hora del cambio y descarto cualquier vínculo con Burga". Pero adentro se vio con la sorpresa de que no había nada instalado para las elecciones.
A los pocos minutos ingresó José Luis Noriega, presidente del comité electoral con esa apariencia de estar impresionado por la persecución de las cámaras y solo mencionó como novedad de que a las 2:00 p.m. hay una segunda citación para los directivos votantes. Pero la percepción desde la Videna es que casi nadie llegará ni por curiosidad. Es posible que de esta manera saboteen a Ames y se fuerce a un nuevo proceso, con otro comité. En fin, por ahora son solo rumores porque nadie sale a dar un versión concreta.
Mucho menos Manuel Burga, quien debe estar gastando todo su saldo con llamadas a Zúrich y Asunción para pedir un salvavidas legal por parte de las autoridades de FIFA y Conmebol. Alguna triquiñuela jurídica para salir a flote. Ese es el rumor que crece entre la prensa que está en la puerta de la Videna mientras los hinchas se embriagan por nada.