Matías Succar, en estos momentos, acaba de convertirse en una especie de figura querida en el Deportivo Municipal, después de haber anotado los dos goles que permitieron el empate sufrido contra Carlos A. Mannucci, en el estadio Mansiche. Con apenas 20 años, el joven delantero nacional cargó con la enorme responsabilidad de sacar adelante a la ofensiva de la entidad edil, que padeció severos problemas administrativos a lo largo de la temporada, a tal punto de ser castigado con la resta de unidades.
En medio de ese panorama sombrío y preocupante, Matías Succar sacó a relucir su mejor versión en el presente año. “Fue una muy buena temporada. Sumé muchos minutos y aprendí mucho. He crecido bastante”, dijo en contacto con El Comercio.
Lo acontecido en Trujillo no es fácil de olvidar; sobre todo por la ansiedad de los partidos en simultáneo. “Por suerte pude hacer los goles de la salvación. Era un partido trascendental para nosotros. Llegamos a una situación límite. Cerrar el año con dos goles y un partido así fue un sueño hecho realidad”, reconoció.
Matías le guarda un profundo respeto a Deportivo Municipal, pues es el equipo que le abrió las puertas al fútbol profesional. Aunque al poco tiempo tuvo que salir, en condición de cedido, en la búsqueda de mayores oportunidades.
El cuadro de Unión Comercio, último descendido del fútbol peruano, lo recibió y le brindó lo que tanto buscaba: continuidad en Primera División. En el 2018 convirtió tres goles y al año siguiente, dos.
A mitad del 2019, Succar retornó a Deportivo Municipal con la consigna de demostrar que había mejorado notablemente. Consiguió convencer a todos, pero su crecimiento continuó -de manera progresiva- de la mano de Víctor Rivera.
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“Personalmente estoy muy agradecido con él. Desde el día que volví a Municipal me dio una confianza total. Me respaldó mucho. Estoy feliz de haberle retribuido con goles y buenos partidos”, dijo el atacante.
De la directiva edil, que estuvo encabezada por el político Renzo Reggiardo, ha preferido mantener silencio. “En esos temas no quiero meterme. Lo mío es el fútbol”.
---Un Preolímpico que no desespera---
Diversos nombres de atacantes de 23 años han pasado, en los últimos meses, por la selección peruana Sub 23. La gran mayoría no ha convencido del todo, y Matías Succar es uno de los pocos futbolistas que no ha sido considerado.
La situación no lo perturba ni mucho menos le quita el sueño, pues considera que tarde o temprano tendrá una pequeña oportunidad: “Me preparo día a día para salir en mi club. Me parece que lo de la selección cae por su propio peso”.
Y agregó: "Si yo hago las cosas bien en mi club, [entonces] sé que en cualquier momento me van a llamar. Estoy muy tranquilo con ese tema; no tengo ningún apuro".
El haberse dedicado al deporte rey, en la demarcación de delantero, es gracias a su hermano mayor Alexander, a quien ve como un espejo. La admiración es tan grande que espera, en su momento, alcanzarlo o incluso superarlo.
“Es un modelo a seguir desde que era muy chico. Compartimos la misma pasión, que es el fútbol, desde siempre. Aparte compartimos la misma posición. Eso me ayuda mucho. Me da muchos consejos. Yo también trato de apoyarlo. Siempre estamos el uno para el otro”, puntualizó.