El Perú posee muchas tradiciones, somos parte de un país que repite actividades costumbristas en determinados días del año. La pandemia del coronavirus ha cambiado la vida de todos. Para los devotos del catolicismo, el 2020 tuvo una Semana Santa muy distinta y este primero de mayo los amantes del fútbol popular sentirán la ausencia de un torneo que cumple 70 años. Las calles del Jirón Parinacochas no serán las mismas porque no verán la disputa del Mundialito de El Porvenir, un torneo de mucha historia y que comenzó como una anécdota, con amigos que solo buscaban contagiar su pasión y se convirtió en la Copa del Mundo del balompié callejero por excelencia.
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La cuadra seis de Parinacochas no verá a nadie salir de su casa este 1 de mayo, no habrá personas acampando por buscar un lugar privilegiado en los balcones o queriéndose ubicar en el asiento estelar. Para los ambulantes será otro golpe más en su economía que se ve afectada por la crisis. El color de la gente y ese ansiado grito de gol se vuelve a ver reprimido por un suceso que paralizó todo a nivel mundial.
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Si retrocedemos en el tiempo, podemos asegurar que por esa pista han pasado diversos cracks del fútbol nacional. Hugo Sotil, Julio Baylón y Teófilo Cubillas fueron parte de un histórico equipo llamado Laboratorio Drowaen en el 1966. Baylón es de los más recordados a pesar de jugar un corto periodo, su habilidad con el balón y los cambios de velocidad en sus furibundos recorridos encandilaron al público asistente. Waldir Saénz también estuvo presente e incluso hace poco Amilton Prado integraba uno de los equipos finalistas. Christian Cueva, antes de consagrarse como futbolista profesional y disputar el Mundial Rusia 2018, formó parte de un cuadro que venía del norte del Perú. Calidad siempre ha sobrado en esas canchas.
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No cabe duda que el grupo de jugadores es selecto y en cada distrito, financiados por algún empresario, se reúnen para intentar ser el mejor equipo. Sin embargo, este año todo será distinto porque un ambiente sombrío se apodera de esta tradición. El balón no rodará y la edición 70 tendrá que esperar.
¿CÓMO EMPEZÓ ESTA PASIÓN?
En el año 1950, Uruguay se coronaba campeón mundial en tierras brasileñas en aquella hazaña que recibió el nombre de ‘Maracanazo’. La conmoción de este suceso recaló en tres amigos que buscaban consumar sus ganas de jugar fútbol ante una sociedad que se encontraba prohibida de practicar este deporte por órdenes del gobierno de turno. Desde La Victoria, Emilio Chávez, Mario Chávez y Jorge Falla organizaron el primer Mundialito que reunió a ocho equipos sin uniformes, que vestían una chompa como distintivo. Tal y como cuenta la historia, este torneo se disputaba por amor al deporte. Defensor Leoncio Prado fue el primer campeón y el premio mayor fue llevarse la pelota de jebe con la que disputaron los encuentros.
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Jorge Falla es uno de los principales artífices del torneo y en una ocasión fue llevado por la policía a la comisaría. Con el apoyo de todos los vecinos pudo quedar en libertad e incluso convenció a los policías de dar el play de honor para realizar el campeonato. A partir de 1960 se obtuvo la autorización y el resguardo de las autoridades se convirtió en un hecho.
Con el pasar de los años los fines de este torneo cambiaron y en 1976 se formó la Asociación Vecinal Deportiva y Cultural presidida por Carlos Laynes, quien veía al deporte como un medio para alejar a las personas de los vicios. Por esta razón se optó por congregar gente de todos los distritos y llegaron a la suma de 114 inscritos que jugaban domingos previos para llegar al 1 de mayo, que es el día central que define al campeón. En los años 80 se abrió una inscripción interprovincial y fueron 800 los que se apuntaron para esta cita.
La cancha de fútbol que adorna la calle es pintada la noche previa a la final y se cierra. Desde las seis de la mañana las cuatro tribunas se abarrotan para apreciar un fútbol distinto a lo que vemos a diario. Aquí prima la pierna fuerte y toda riña queda en el campo de juego, al menos eso es lo que se espera. Siete futbolistas juegan por equipo y la entrega es total. La camiseta se suda siempre.
EL MUNDIALITO FEMENINO
Además, en el 2018 se pudo apreciar el primer partido femenino. Las escuadras de Marte FC y Gijexi FC se enfrentaron con el condimento especial que caracteriza este torneo, la pierna fuerte primó como siempre, pero todo quedó en el campo de juego dando como ganador a Marte FC por el marcador de 2-0.
Ya en el 2019, se jugó también el torneo para chicas y el campeón fue otro. La final se disputó entre Deportivo Canto Grande y Electric Service, dando como ganador al primero con un triunfo de 1-0.
EL ÚLTIMO CAMPEÓN
La final de la edición 69º tuvo a Los Cachorros y Cebada y Humo que solo disputaron tres partidos para llegar a esta instancia. A diferencia de otros conjuntos, ambos llegaron de manera directa al día central de esta competencia. Cebada y Humo tuvo ese privilegio al ser el campeón defensor. El caso de Los Cachorros se dio por ganar el torneo Panamericano que se juega antes de El Porvenir.
En el último partido se dio una peculiaridad típica que apareció con el transcurso de los años. El Mundialito solo incluye la definición por penales como última instancia en su reglamento y ambos equipos empataron en el tiempo reglamentario de 40 minutos. En este caso, todo se dirime bajo otros parámetros: primero la cantidad de tiros de esquina a favor, luego por laterales y después quien cometió menos faltas. Si persiste la igualdad, se recurre a una tanda de tres penales por equipo. El ganador fue Cebada y Humo, que se llevó el máximo trofeo por segundo año consecutivo y un premio de 5 mil soles. Al segundo le correspondió 2 mil soles.
Este 1 de mayo del 2020 el coronavirus también dejará su dolorosa huella en el Mundialito de El Porvenir. La fiesta del fútbol callejero se quedará sin campeón por primera vez en su historia. La pelota no rodará por las calles del Jirón Parinacochas que guardará silencio en estos tiempos de pandemia.
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