La Copa Perú es ese torneo donde un árbitro puede ser linchado por una multitud descontrolada, también es el campeonato donde se denuncian sobornos y donde una invasión canina al campo puede detener el juego. Ese es el campeonato aval de las ligas departamentales, las que siguen decidiendo el futuro del fútbol peruano. Las que ayer, en abrumadora mayoría, aprobaron los nuevos estatutos de la Federación Peruana de Fútbol. El balompié amateur gobierna lo que tanto deseamos que se haga más profesional.
Más allá del debate entre la federación y los clubes profesionales por los nuevos estatutos, lo que preocupa son dos cosas: que las ligas sigan siendo protagonistas de estas votaciones y que el presidente en funciones de la FPF, Agustín Lozano, salga a defender a la Copa Perú como si fuera una ejemplar competencia de primer nivel.
Hay un evidente problema de visión en la junta directiva de la federación y eso puede explicarse con acciones y discursos. La aprobación de los nuevos estatutos abre paso a la programación de las próximas elecciones de la FPF. Agustín Lozano, quien llegó al cargo por la prisión preventiva de Edwin Oviedo, ya anunció que no descarta su postulación.
La mejor campaña presidencial de Lozano debería ser su gestión deportiva en estos diez meses. Lo que vemos es una Unidad Técnica de Menores paralizada, sin recursos para trabajar. Daniel Ahmed no ha podido continuar con un solo proyecto desde que terminó el Sudamericano Sub 17.
Además, el fútbol peruano solo crecerá con un manejo más profesional de sus instituciones. ¿Por qué la Comisión de Licencias ahora solo se pronuncia para castigar a los clubes que no pagan sus mensualidades? ¿Ya no se sancionará a los que no trabajan en menores o a los que no tienen un centro deportivo en óptimas condiciones?
El discurso de Lozano –y nos ceñimos a lo que dijo ayer en Videna– es avalar el penoso statu quo que nos ha tenido en la lona como fútbol competitivo. “Real Garcilaso y Binacional son clubes modelos que salieron de la Copa Perú”, dijo el directivo. ¿Clubes modelos? Real Garcilaso es el club de Primera División con más inestabilidad laboral para un técnico, y los dirigentes de Binacional tuvieron que ser exhortados por su técnico para que no despidan a nueve jugadores, a dos meses de los playoffs.
El fútbol peruano no avanzará si no respetamos procesos (hay directivos de la FPF que ya le habrían bajado el dedo a Ahmed sin habérselo dicho), si avalamos la improvisación institucional y si tratamos con desdén el trabajo en menores. El argumento de la actual directiva de la FPF es que no hay presupuesto. Eso también deberían haberle respondido a las ligas en agosto, antes de enviarles esos cheques por cinco mil dólares.
Queda la sensación de que ese trato proteccionista a las ligas y a los clubes profesionales que no cumplen con sus obligaciones –la Comisión de Licencias hoy está debilitada– es parte de una estrategia electoral de quienes hoy dirigen la FPF. Es lamentable que desde Videna se defienda la Copa Perú. Defender ese torneo es darle una palmada al hombro a esos dirigentes de ligas que solo tienen el cargo para los cocteles y para viajar por el mundo. Hace 20 años vemos este festín. Y esto no ha cambiado. Y esto tiene que cambiar.