Marco Quilca León

Lo que comenzó como un sueño -según propias palabras de Richard Acuña, presidente de César Vallejo, en la presentación de Paolo Guerrero, en febrero pasado-, hoy es una pesadilla. Inmersos en una polémica innecesaria que debió ser en una negociación interna y terminó como un escándalo a niveles increíbles, el delantero nacional continúa buscando la manera de desvincularse del club que le reaperturó las puertas del fútbol peruano a inicios de año con un contrato económico histórico para convertirlo en uno de los mejores pagados en la historia de nuestro balompié.